Aragón recurre al confinamiento perimetral para evitar la presión que la pandemia está provocando en el sistema sanitario tras la escalada exponencial de caso de las últimas jornadas. Nadie podrá entrar ni salir de la comunidad salvo causa justificada en un nuevo intento de frenar la expansión del coronavirus. Y dentro del territorio se mantiene esta prohibición, establecida el pasado miércoles, para las ciudades de Huesca, Zaragoza y Teruel. Todo al menos durante dos semanas.

Los indicadores son preocupantes y nadie lo niega. Por eso no descartan el endurecimiento de estas medidas, aunque esperan que a corto plazo las restricciones actuales empiecen a dar fruto. «No nos temblará el pulso a la hora de actuar», afirmó el presidente de la DGA, Javier Lambán sin la intención de «dulcificar» el trance por el que se está pasando.

El dirigente socialista explicó, tras mantener un encuentro con el resto de presidentes autonómicos y el central, que el nuevo estado de alarma ofrece la garantía jurídica suficiente para este avance en la limitación de movimientos. En todo caso, confió en que se pueda convertir en ley próximamente el decreto que regula las fases aragonesas de control de la pandemia. «Sería insensato renunciar a nuestro propio mecanismo», dijo. Ese mismo documento establece que Aragón se encuentra en un nivel tres de alerta, el máximo posible, con grandes reducciones en los aforos de los espacios públicos. Esta semana y la próxima se consideran «claves para rebajar la curva de los contagios» de covid-19.

Desde esta media noche a los controles policiales instalados en las salidas de Zaragoza, Huesca y Teruel se sumarán patrullas comprobando que no hay desplazamientos a las provincias fronterizas. Las únicas personas que podrán atravesar estos controles sin recibir una multa serán aquellas que requieran asistencia sanitaria, estén desempeñando funciona laborales, volviendo a su municipio de residencia, acudir a centros de estudio o estén al cuidado de personas mayores, dependientes o enfermas. También se tendrán en cuenta las razones de fuerza mayor.

Asimismo, Lambán recordó que el horario de toque de queda se mantiene entre las 23.00 y las 6.00 horas, descartando modificarlo, como permite la normativa estatal a las comunidades autónomas. En este sentido, desde la DGA se comprometen a seguir las indicaciones estatales con «lealtad» al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. «No vamos a alimentar ningún debate sobre el tiempo en que se tiene que prolongar el estado de alarma», indicó el líder aragonés tras las críticas del PP a la gestión de este tipo de herramientas.

Lambán también aprovechó para desmarcarse de la posibilidad de aplicar confinamientos hogareños durante fin de semana pedida desde Cataluña. «No es algo que nos hayamos planteado», indicó. Al menos mientras se mantenga la responsabilidad personal. El coronavirus mientras tanto seguirá condicionando la vida cotidiana y llenando los hospitales.