Los hogares de mayores del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) han realizado durante la pandemia por covid-19 más de 54.000 atenciones a los ancianos que acudían asiduamente a estos centros hasta su cierre a mediados del pasado mes de marzo.

Según informa el Gobierno aragonés en un comunicado, la labor realizada por las plantillas de estos centros, que cerraron el pasado 13 de marzo, han permitido realizar labores de seguimiento a distancia de estas personas a través de llamadas y de correos electrónicos remitidos para verificar que los usuarios se encontraban bien y cubrir su necesidades en el confinamiento.

El principal objetivo de estas comunicaciones era localizar situaciones de especial vulnerabilidad, dar apoyo emocional o proporcionar recursos sociales, y contribuir en lo posible a descargar de trabajo a los teléfonos generales de información habilitados durante la pandemia.

Las comunicaciones se han realizado en tres bloques: llamadas y correos electrónicos a socios de estos Hogares que no participaban en servicios ni programas (45.422 atenciones); a socios que podían encontrarse en situación de riesgo o vulnerabilidad (4.003 atenciones); y a participantes en programas y servicios de estos centros, como de Autonomía Personal (5.014 atenciones).

Además, algunos centros que disponen de cocina prepararon menús para llevar u organizaron repartos a domicilio, como el Hogar de San José en Zaragoza, el Turia de Teruel o el de Gallur.

En el caso del Hogar de San José, su directora, Carlota Menéndez, ha explicado que a las 4.000 llamadas realizadas a los socios del barrio y los 1.307 menús preparados durante la pandemia se han sumado desde el pasado 4 de junio los servicios de podología y peluquería de caballeros y señoras.

Un servicio, explican las fuentes citadas, que ya se encuentra disponible en la mayoría de Hogares de la red del IASS bajo un sistema de cita previa y teniendo en cuenta las precauciones sanitarias pertinentes para evitar contagios.

Desde el hogar de Picarral, con cerca de 4.000 socios, se han hecho casi 3.000 llamadas de seguimiento que han permitido verificar la no existencia de contagios entre sus asociados pero sí situaciones de ansiedad.

"Nuestros centros son de socialización y, cuando están aquí, están bien, pero cuando se van a su casa, hay un tanto por cien que viven solos o con su pareja, en algunos casos, dependiente", explica la directora del centro, Rosario Jorcano.

Esta es una de los situaciones que se han seguido más de cerca, pero también las de las personas que seguían el programa de Promoción de la Autonomía Personal (PAP), quienes utilizaban el comedor habitualmente, y los mayores de 80 años.

Jorcano ha asegurado que la situación se hizo "más cuesta arriba" después de la Semana Santa pero que, aun así, "la gente se apañó bastante bien y siempre nos cogió el teléfono".

Al otro lado de la línea, ha subrayado, había cuatro personas (tres ordenanzas y la dirección) para preguntar a los asociados sobre su estado o sus necesidades más urgentes.

"Estamos muy orgullosos de haberles acompañado en estos días y haber sido su ventana al mundo", ha explicado la directora de este centro.

En el Hogar Balsas de Ebro Viejo, con 4.800 socios, fueron la trabajadora de servicios auxiliares y la directora, Belén Plaza, quienes estuvieron al mando de las dos líneas telefónicas que se utilizaron para establecer contacto con los mayores.

Desde sus instalaciones se hicieron más de 2.700 llamadas, en algunas de las cuales participó la enfermera, que incluso proporcionó tablas de ejercicios a algunos socios para que no vieran mermada su movilidad debido a la falta de actividad física durante el confinamiento.

"Había gente que estaba triste, porque había fallecido algún familiar y no habían podido despedirlo. Hemos ofrecido compañía en el duelo, sobre todo, pero también les hemos dado instrucciones sanitarias, repitiéndoles insistentemente que se lavasen las manos y que cogieran la mascarilla si iban a salir a la calle", ha destacado Plaza.

Las personas que hacían uso diario del comedor en este centro fueron derivadas a la Fundación La Caridad, que se ocupaba de ofrecer comidas.

Los centros de mayores del Gobierno de Aragón tienen como usuarios a personas mayores de 60 años, que son válidas y suelen llegar a estas instalaciones por sus propios medios.

Progresivamente, estos hogares se van preparando para ampliar servicios en función de la demanda y de las características particulares de cada centro, medidas que se irán aplicando poco a poco, y siempre y cuando lo permitan las condiciones sanitarias.

La red de hogares del IASS está integrada por siete centros situados en la provincia de Huesca (Barbastro, Monzón, Binéfar, Fraga, Jaca, Sabiñánigo y Huesca), con 23.041 socios.

En la provincia de Teruel hay ocho hogares (Andorra, Calanda, Alcañiz, Torrecilla de Alcañiz, Utrillas, Ojos Negros, Calamocha y Teruel), con 17.271 socios.

Y en la de Zaragoza 16 hogares (Calatayud, Illueca, Tarazona, Borja, Ejea de los Caballeros, Gallur, Casetas y Boterón, San Blas, Balsas, Picarral, Las Fuentes, San José, Delicias, Valdefierro y Torrero en Zaragoza ciudad) con 69.442 socios.