La primera vez que se oyó hablar del covid-19, cuando el virus todavía era un desconocido, se creyó que se trataba de una neumonía más. Pero ahora, tras meses de convivencia forzosa con esta pandemia y millones de diagnósticos en todo el mundo, la experiencia indica que se trata de algo más. En los casos más graves, la enfermedad podría dejar huella desde los pulmones -la zona cero de la infección-, hasta el corazón, los riñones, el hígado, la piel y el cerebro. Varios médicos y pacientes exponen cuáles podrían ser los efectos de esta enfermedad y cuáles son, por el momento, las secuelas que se esperan.

PULMONES: Epicentro de la enfermedad

La gran preocupación a corto y largo plazo son los pulmones, epicentro de la enfermedad. En los casos más graves, preocupa saber cómo se cicatrizarán las heridas de la infección y hasta qué punto quedará afectado el funcionamiento del órgano. «En algunos de los pacientes ingresados hemos observado signos de fibrosis incluso tras recibir el alta. Estamos trabajando para evaluar la pérdida de capacidad pulmonar », explica Germán Peces-Barba, vicepresidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

APARATO MOTOR: Daños por quedarse postrados en cama

Muchos de los pacientes ingresados abandonan el hospital, una vez recuperados de la infección, arrastrando problemas de movilidad. Tras semanas postrados en la cama, hay quienes sufren deterioro muscular, pérdida de movilidad, parálisis o atrofia. También están observando daños en las cuerdas vocales en pacientes que han estado intubados.

Sandra Abad, vicepresidenta del Colegio Profesional de Terapeutas Ocupacionales de Aragón y terapeuta en el Hospital Miguel Servet, explica que los pacientes sufren una falta sensorial y de movilidad tras estar tanto tiempo en uci, lo que lleva una disminución de autonomía y calidad de vida en su desempeño ocupacional, «como en las actividades básicas de la vida diaria, el volverse a vestir, asearse, hacer la transferencia de la cama a un sillón e incluso el poder pasar de tumbado a sentado». También se ha dado algún caso de trombos y daños cerebrales, «con todo lo que conlleva, aparte las secuelas del covid-19 a nivel respiratorio, más las de un ictus a nivel de movilidad, sensibilidad y cognitivo», apunta. Desde su punto de vista, hay muchas personas que necesitarán tratamiento después, tanto de terapia ocupacional como fisioterapia a nivel respiratorio. «las secuelas son más graves que en otras enfermedades porque cursa con más de una patología, la respiratoria unida a enfermedades neurológicas», explica.

SOBRE LA PIEL: Manifestaciones cutáneas

En dermatología del Hospital Miguel Servet, se han detectado hasta cinco posibles tipos de lesiones de piel que podrían estar asociadas al covid-19. «Algunas aparecen a la vez, otras antes y algunas a posteriori, incluso varias semanas después», explica la dermatóloga Ana Morales. El primer tipo fue el de sabañón, sobre todo en gente joven y niños, «y quizá sea el que más alarma ha creado porque es verdad que hemos visto casos en época que no es de sabañón, y en algunos se ha comprobado la asociación, pero en otros no», detalla.

CEREBRO: Síntomas difíciles de identificar

«Sabemos que hay sintomatología neurológica asociada a la infección», explica Josep M. Tormos, director de investigación del Instituto Guttmann. Algunos pacientes diagnosticados han reportado pérdida del olfato y el gusto (anosmia y ageusia), así como dolores de cabeza y otras alteraciones neurológicas durante la fase aguda de la enfermedad. Una vez recuperados, hay quienes arrastran problemas de memoria, alteraciones en las funciones ejecutivas y un cuadro de fatiga generalizada.

CORAZÓN: Una tormenta inflamatoria

La «tormenta inflamatoria» también podría dejar huella en el corazón. En uci se han visto daño miocárdico, fallo cardíaco y arritmias en los pacientes. «No sabemos si es un efecto directo del virus o una consecuencia de la inflamación. La misma insuficiencia respiratoria podría provocar que el oxígeno en sangre sea menor y que eso acabe provocando un daño miocárdico», explica Ana Ochagavía, directora del área de críticos del Parc Taulí.

HÍGADO Y RIÑONES: Efectos adversos de la medicación

«También hemos observado alteraciones en las funciones renal y hepática. Pero no sabemos si es una consecuencia del virus, de la medicación o de las alteraciones cardiovasculares», valora Josep Trenado, de la Sociedad Española de Medicina Intensiva (SEMICYUC).

Ahora que la presión asistencial ha disminuido, los expertos centran su atención en entender el alcance real de este virus. Y en ayudar a la recuperación de los pacientes con secuelas.