Pablo Iglesias será quien coordina todo el frente social ante el coronavirus. Así lo ha anunciado el vicepresidente segundo del Gobierno en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la que ha explicado que será el ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 quien coordine el funcionamiento de los servicios sociales de todo el Estado, en cooperación con Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.

Además, el líder de Unidas Podemos ha explicado que tanto el ministerio de Defensa, dirigido por Margarita Robles, como desde la cartera de Sanidad le han solicitado que se ponga al frente de todos operativos de asistencia social relativos a la asistencia de personas sin hogar, siempre con el apoyo de las Fuerzas Armadas. En este sentido, Iglesias ha apuntado que su "labor será dar curso a todas las peticiones que recibamos de parte de las Comunidades Autónomas y dar las instrucciones necesarias para la participación de las Fuerzas Armadas en estas misiones".

El hecho de que Iglesias pase a coordinar el apartado social de esta crisis, como por otra parte corresponde a su cargo, supone la confirmación de que el líder de Unidas Podemos ha ganado el pulso que mantenía con la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. Durante toda la semana pasada y el inicio de la actual, ambos miembros del Gobierno mantuvieron intensas discusiones sobre la necesidad de decretar la alarma (Calviño, que es independiente pero viene de la órbita del PSOE, planteaba reservas) y en especial sobre las medidas sociales que debía aprobar la Moncloa frente a los estragos económicos de la pandemia.

La vicepresidenta económica, al igual que la titular de Hacienda, María Jesús Montero, se mostró reacia a un elevado aumento de la deuda como consecuencia de las medidas sociales. También defendió, en contra del criterio de los integrantes de Unidas Podemos en el Consejo de Ministros, que las iniciativas en este campo no estaban preparadas para aprobarse el domingo, cuando el Ejecutivo dio luz verde al decreto de alarma.

Con Pedro Sánchez ejerciendo de árbitro, Calviño ganó la batalla del calendario: las iniciativas tuvieron que esperar hasta el martes de esta semana. Pero no el de fondo, porque ese día el presidente anunció un escudo económico y social con el que se movilizarán 200.000 millones de euros (casi el 20% del PIB de España, y 117.000 de ellos provenientes de las arcas públicas) para apoyar las empresas y los colectivos más vulnerables. Se trata, dijo Sánchez, de la mayor movilización de recursos públicos y privados de la historia democrática.