El campus universitario de Zaragoza vivió ayer sus últimas horas de apertura antes de la suspensión de las clases desde el próximo lunes hasta al menos quince días como medida de freno del coronavirus. Por la tarde, se podían contar solo con los dedos de las manos los alumnos que circulaban por sus instalaciones. Entre ellos, tres estudiantes zaragozanos de ingeniería mecánica, que descansaban en el césped tras ver algunos bares cerrados.

En los alrededores del campus, los jóvenes iban acompañados de maletas. Es el caso de dos residentes del Colegio Mayor Cardenal Xavierre. Ana, de Monzón, ayudaba con la carga a Elena, estudiante de química y procedente de Arnedo, quienes explicaron que se marchaban por el cierre del centro y que hay mucha incertidumbre porque «no sabemos si esto puede ser 15 días o más, si los exámenes se aplazarán y si tenemos que volver el día 30 o lo dejarán hasta después de Semana Santa».

La calle Pedro Cerbuna concentra decenas de universitarios cada viernes, pero el de ayer fue insólito. La soledad se adueñó de los bares, a los que acudieron escasos estudiantes. «Hemos hecho la compra y estamos tomando el último café antes de ir a casa y no salir en los próximos días”, explicaron Paula y Claudia, alumnas de derecho y óptica. Aseguraron que el jueves «estos bares estaban llenísimos, a reventar», y aunque no son de Zaragoza, decidieron quedarse en la capital aragonesa para «no pegar el virus a nuestros padres y abuelos».

Camila, camarera del bar Capone, teme por su puesto de trabajo. «Estamos a la espera de saber qué va a pasar con nosotros, si cierran, si nos van a pagar, si vamos a coger la baja o cómo va a ser. Si nos despidieran sería bueno porque cobraríamos el paro. Lo que tememos es que las vacaciones nos las quiten, que no nos quieran pagar, ya que es un problema también para los empresarios», apuntó. Nancy es empleada del bar London y aseguró que al medio día atendieron a «ni una cuarta parte de los clientes» que suelen tener. Otro de los establecimientos, el Koala Lumpur cerró el viernes por la tarde por prevención sanitaria, desconociendo la fecha de reapertura.

Mientras el mensaje ‘Yo me quedo en casa’ inunda las redes sociales, los establecimientos se enfrentan a los efectos de las medidas contra el Covid-19 y los estudiantes ven trastocados sus planes y aguardan a saber cómo continuará su programa académico.