A la una de la madrugada, como es habitual para el Gobierno presidido por Giuseppe Conte, el Consejo de Ministros ha aprobado una renovación, con retoques, de las medidas que regirán en toda Italia partir de este jueves, cuando caduquen las normas aprobadas para el período de las fiestas.

Cuando el índice de contagio RT supere el 1% (más de un contagiado para cada positivo) se dispararán nuevas restricciones y cuando sea más alto del 1,25% se impondrán las máximas. En las zonas amarillas y naranjas, por ejemplo, los bares y restaurantes podrán abrir pero solo para servir comidas y bebidas para llevar, mientras que en las rojas permanecerán cerrados. En ambos colores seguirá en vigor el toque de queda nocturno de las diez de la noche a las cinco de la madrugada.

El Gobierno ha aprobado también que las escuelas superiores abran los cursos en presencia para el bachillerato a partir del día 11 de este mes, aunque la decisión ha dividido a los ministros del Ejecutivo algunos de los cuales querían abrir ya el día siete. Conte ha tenido que mediar durante dos horas entre ministros y presidentes autonómicos. Antes del Consejo de Ministros, las regiones Véneto (Venecia), Marcas ( Ancona) y Liguria ya habían anunciado que en sus territorios la escuela presencial sería a partir de febrero, mientras que Toscana (Florencia) y Sicilia (Palermo) habían fijado dicha apertura para el día después de Reyes, fecha de la que no se ha movido la ministra de Educación, Lucia Azzoliona.

El Instituto Superior de Sanidad (ISS) informó ayer que desde octubre los datos sobre los contagios escolares han evidenciado 3.000 focos, equivalentes al 2% del total nacional, con un 0,7% de hospitalizaciones de estudiantes frente a un 8,3% del resto de la población. Aun reconociendo que los contagios en ámbito escolar han sido menores de lo que se temía, el ISS ha sugerido que para reabrir totalmente los centros se reintroduzcan las pruebas y los rastreos de burbujas en las escuelas, después de que la labor terminase en un fracaso al principio de curso por falta de personal.

Renzi reta al Gobierno

Tras la aprobación de las nuevas normas, para el Gobierno empieza una semana que podría ser decisiva para su existencia. El exprimer ministro Matteo Renzi lleva un mes a la zaga de Conte y, por más que a todos los italianos les parezca desorbitado que el Gobierno caiga en medio de una pandemia, de una campaña de vacunación nacional y en vísperas de presentar los proyectos para el fondo de recuperación europeo, Renzi sigue en sus trece: nadie sabe muy bien lo que quiere aunque por sus declaraciones parece que no le cae bien que sea Conte quien gestione los 209.000 millones de la UE.

La situación parece no tener vuelta atrás y durante la semana Conte usará sus últimos cartuchos, presentando a Renzi -cuyo partido Italia Viva tiene acreditado entre el 2,3% y el 3% de los consensos, aunque resulta indispensable para mantener la mayoría-, todas las medidas que está dispuesto a cambiar para no dimitir. "Quedan pocos días para poner la palabra fin a este espectáculo", ha escrito Luciano Fontana, director del Corriere della Sera.