Japón amplió este jueves el estado de alerta sanitaria a todo el país para tratar de contener la propagación del coronavirus, cuyos casos superan ya los 9.000 en todo su territorio.

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, extendió así a las 47 prefecturas niponas la alerta sanitaria, que se había declarado la semana pasada en siete regiones del país, entre ellas Tokio, ante el rápido aumento de casos desde finales de marzo.

"La medida es necesaria para evitar una crisis nacional", dijo en declaraciones recogidas por los medios locales Abe, quien volvió a recomendar a los ciudadanos permanecer en casa salvo para desplazamientos esenciales y recortar notablemente el contacto social.

Además de esta recomendación, la declaración legitima a las autoridades de cada prefectura a ordenar el cierre de colegios e instalaciones públicas o pedir a la población que no salga de casa si no es necesario o a las empresas que cesen toda actividad no esencial.

SIN SANCIONES

El estado de alerta sanitaria o "estado de emergencia" en Japón dista del declarado en países como España o Italia, donde se ordenó el confinamiento de la población, algo que no permite una legislación nipona que tampoco contempla sanciones (ni multas ni prisión) para quienes incumplan las recomendaciones de las autoridades.

Es la primera vez que Japón recurre a esta medida en su historia democrática, una decisión propiciada por el incremento de los casos confirmados de COVID-19, que superan ya los 9.000 contagios, con 192 muertes, incluyendo los del crucero Diamond Princess que fue puesto en cuarentena en febrero en el puerto de Yokohama.