-Hay quien ve excesivo parar toda la actividad económica salvo la esencial.

-Poco que decir ahí. Creemos que lo mejor en esta situación es hacer caso a los científicos y pensamos que el Gobierno actúa guiado por el consejo de los expertos sanitarios. Otra cosa son las formas, porque es evidente que se podrían haber concretado mejor y antes los términos del decreto. Todo eso ha generado confusión. Algunas empresas tendrían dudas entre mantener sus planes de ERTE o acogerse a la nueva situación. Ha habido cierta improvisación y habría que evitarlo en un futuro.

-La comunidad espera con miedo la cifra de paro que se publicará este jueves.

-Todavía no veremos la repercusión exacta porque hay ERTES que aún no se han materializado, pero tranquilamente puede haber 150.000 personas que se vayan al desempleo. Una gran parte estarán en paro de forma temporal hasta que se dejen de aplicar los ERTE, pero el impacto va a ser muy fuerte porque es casi una cuarta parte de nuestra fuerza de trabajo. La caída de la actividad va a ser brutal y todo dependerá de a qué velocidad se puede realizar el rebote. Las grandes empresas son capaces de ponerse casi a pleno rendimiento el primer día pero las empresas pequeñas lo van a tener más difícil.

-¿Se han cumplido las medidas de prevención en las empresas?

-La inspección ha tenido que actuar en algún caso, pero creemos que la situación había mejorado respecto a la primera semana. Esto es esencial porque solo así se podrá recuperar la actividad. En las empresas que siguen activas esto es doblemente importante.

-Las empresas critican el retraso en la gestión de los ERTE.

-Es inevitable en una situación como esta. Inscribir a miles de trabajadores en el servicio público de empleo de golpe no es fácil. Tenemos que entender que esta es una situación excepcional.

-¿La actitud de algunas empresas fue lo que provocó la prohibición de los despidos?

-Sin duda. Lo que no tiene sentido es que el Gobierno haga un esfuerzo por facilitar la conservación del empleo agilizando los ERTE y que luego haya empresas que intenten despedir.

-¿España se puede permitir un incremento del gasto tan fuerte?

-Por eso preocupa mucho escuchar a algunos empresarios pidiendo ya la condonación de impuestos. Vamos a tener que pagar una factura muy grande por esta crisis y nadie puede escaparse de pagarla. Tenemos que salir todos juntos y eso significará hacer un esfuerzo fiscal. Eso no quita para apoyar sobre todo a las pymes, porque si no se perderán muchos empleos.