Los peores presagios se han cumplido. El coronavirus ha empezado a ganar la batalla en Aragón, donde el Gobierno autonómico decidió ayer decretar el confinamiento perimetral de las tres capitales de provincia, Zaragoza, Huesca y Teruel, en un intento por controlar la expansión del covid-19. Un virus que campa a sus anchas con una «transmisión comunitaria» ligada al ámbito del ocio y las reuniones familiares, lo que sigue elevando los contagios hasta registros históricos que rompen su propio techo cada día. Ayer fueron 898 positivos más en la comunidad, por segundo día consecutivo, la cifra más alta desde que comenzó la pandemia. Además, el lunes, toda la comunidad entrará en el nivel 3 de alerta, con importantes restricciones de aforo. Todas estas medidas se aplicarán, como máximo, durante 30 días. Y serán analizadas semana tras semana, en función de la evolución de la pandemia.

La comunidad autónoma, que ha presumido durante todo el verano de «anticiparse» a la pandemia, dio ayer datos preocupantes. La incidencia acumulada en los últimos 14 días es de 586 casos por 100.000 habitantes en Aragón, pero llega a 1.003 en Huesca, 1.418 en Teruel y es de 543 en Zaragoza. Unas cifras que duplican, y casi triplican, las de la semana anterior. Además, una de cada dos zonas básicas de salud supera los 500 positivos por 100.000 habitantes. Y las unidades de cuidados intensivos (ucis) cuentan con un 40% de pacientes covid-19, pero la suma de los enfermos críticos de otras patologías en la comunidad solo deja 15 camas libres en todos los hospitales aragoneses.

Otro de los indicadores que fijó el Ministerio de Sanidad para decidir sobre el confinamiento de las ciudades de más de 100.000 habitantes es la tasa de positividad (casos positivos en relación con el número de PCR realizadas), que sigue muy por encima del 10%, el límite establecido por el ministro Salvador Illa. En Aragón, en estos últimos días la tasa oscila entre el 17% y el 20%. Una situación «francamente preocupante», según la definió el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, en el anuncio de las nuevas restricciones desde la Sala de Columnas del Pignatelli, tras celebrarse el segundo Consejo de Gobierno extraordinario de la semana. Un panorama que ha obligado a mover ficha tan solo dos días después de aprobar un decreto ley con el que consideran que tendrán «suficiente respaldo legal» para poder acometer estas restricciones.

Desde la pasada medianoche, unos 800.000 aragoneses (700.000 zaragozanos, 55.000 oscenses y 36.000 turolenses) se encuentran confinados y tan solo pueden salir o entrar de sus respectivas ciudades para recibir asistencia sanitaria, cumplir con obligaciones laborales, volver a su lugar de residencia, atender a dependientes, asistir a centros educativos u otros motivos de causa mayor.

Para controlar el cumplimiento de estas medidas, explicó la consejera de Sanidad, Sira Repollés, ya se está trabajando en «arbitrar los controles necesarios» por carretera en las salidas y entradas de las tres urbes. Ciudades que, según explicó la titular de Sanidad, son «ejes de movilidad» de ocio y comercio respecto a su entorno e incluso para otras localidades de fuera de la comunidad. Por ello, se ha optado por confinar las tres ciudades en lugar de plantear el cierre de toda la comunidad, algo que «por ahora» no se plantea. Tampoco, aseguró la consejera de Sanidad, solicitar al Gobierno central que decrete el estado de alarma en Aragón.

La segunda medida adoptada, el paso al nivel de alerta 3 desde el lunes en toda la comunidad, limitará los aforos al 25% --salvo en tiendas de alimentación, al 50 %-- y prohibirá el consumo en el interior de los locales de hostelería, que tendrán que cerrar a las 22.00 horas y que solo podrán abrir las terrazas al 50% de su capacidad. Las reuniones sociales estarán limitadas a seis personas y se suspenden los eventos deportivos no profesionales, mientras que todos los congresos, reuniones y conferencias que se organicen deberán ser telemáticas.

La consejera incidió en que los indicadores muestran que en Aragón existe una «transmisión comunitaria» del virus relacionada con «encuentros sociales y familiares», mientras que los brotes son muy pocos en el ámbito laboral y escolar. Por eso, entre las nuevas restricciones no se contempla limitar la presencialidad en los colegios. «Los datos demuestran que el aula es un lugar seguro y nuestro objetivo es garantizar al máximo el derecho a la educación».

Este, y el de la salud, son los derechos fundamentales que más importan en estos momentos al Ejecutivo autonómico. Lambán entonó un casi inaudible mea culpa, --«algún error habremos cometido»--, y volvió a apelar a la responsabilidad ciudadana para que estas medidas surtan efecto y se consiga doblegar la desbocada curva. Todas las restricciones «no servirán de nada», alertó, sin el compromiso de la ciudadanía en el ámbito privado, en sus casas, «donde las autoridades no tenemos nada que hacer». «El esfuerzo del Gobierno ni el de los profesionales sanitarios servirá de nada si la gente en sus casas no cumple con las restricciones», subrayó el socialista.

En la misma línea, Repollés recordó que hay una «tendencia ascendente y con un incremento muy rápido de contagios» en toda la comunidad, lo que obliga a reducir la movilidad «a lo estrictamente necesario» y llamó, de nuevo, a que los ciudadanos actúen de manera «responsable». De ello dependerá que el confinamiento y el nivel 3 de alerta sea «lo más limitado posible» en el tiempo.

«Tenemos que proteger nuestro sistema de salud», incidió Repollés, que afirmó que «no estamos bien, pero el sistema no está comprometido» ya que «hay margen de maniobra para poder abrir más camas de uci». Recordó que mientras el 30 de marzo había 1.065 pacientes ingresados con coronavirus en los hospitales aragoneses, de los que 147 estaban en uci, ayer había 594 pacientes, de los que 76 estaban en intensivos. «Prácticamente la mitad». Y señalaron que Aragón tiene 102 respiradores y un hospital de 400 camas instalado en la Feria de Muestras de Zaragoza, «que no ha tenido que ser utilizado y que esperemos que no tenga que serlo ahora tampoco», señaló Lambán.

Quedan solo 15 ucis libres y se habilita la de cardio del Servet

La consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, reconoció que solo quedan unas 15 camas de uci libres en todo Aragón. «A día de hoy hay más de 15 camas libres en las ucis de toda la comunidad, y en 24 horas podemos poner 25 más sin ocupar espacios quirúrgicos ni de reanimaciones, que sí fueron necesarios en la primera oleada», explicó la consejera. Pese a estas cifras, afirmó que «no hay ningún maquillaje de ningún dato».

El número de pacientes covid representa el 40% del total de los ingresos en las unidades de críticos, que sí que se encuentran «casi llenas» si se suma el resto de enfermos de otras patologías, tal y como denunciaron el martes desde el sindicato de enfermería Satse.

De hecho, los hospitales van ganando espacios para dar cabida a más enfermos de coronavirus. El próximo lunes está previsto que el Servet transforme su uci coronaria en una para covid. Pese a todo, Repollés defendió que hay un «equilibrio mantenido», ya que las camas están llenas porque se mantiene la actividad quirúrgica «a un ritmo muy alto». Pero no se descarta suspenderla «si fuera necesario».

NIVEL 3 DE ALERTA EN ARAGÓN