Madrid es de nuevo la comunidad autónoma con más incidencia del virus medida a siete días, con 247 casos por 100.000 habitantes. Casi el doble que Cataluña, por ejemplo. A pesar de ello, es una de las autonomías que ha anunciado una relajación de las restricciones aprovechando que ha empezado a doblegar la curva de la tercera ola.

A partir del próximo jueves, si continúa la actual tendencia a la baja, se retrasará la hora del toque de queda de las 22 horas actuales a las 23 y a los bares, ocio y espectáculos se les permitirá abrir prácticamente hasta esa misma hora aunque la admisión de nuevos clientes deberá finalizar a las 22.

Fernando Simón apuntó en su comparecencia del pasado jueves que las autonomías con los bares cerrados estaban bajando el doble de rápido los contagios por coronavirus que la media nacional. No se refirió directamente a Madrid pero a nadie se le escapa que el ejecutivo presidido por Isabel Díaz Ayuso ha sido el más permisivo con la hostelería, sobre todo con los interiores de los bares que permanecen al 50% del aforo y con los horarios. Sólo durante tres semanas habrá cerrado a las 21 horas, la limitación vigente.

Durante la presentación de los cambios en las restricciones, el viceconsejero de Sanidad de Madrid, Antonio Zapatero, ha considerado falsa la afirmación del portavoz técnico del Gobierno en la pandemia. Cuando publique un estudio científico revisado entre pares me lo miraré, ha desdeñado.

Aunque no se trate de ningún estudio con valor científico, basta con comparar las curvas de la tercera ola de Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia o la Comunidad Valenciana para darse cuenta que lo afirmado por Simón podría no estar lejos de la realidad. Las tres autonomías alcanzaron un incidencia del virus muy superior a la de Madrid pero con los estrictos cierres de la hostelería ya están por debajo. Las dos primeras con la incidencia a 14 días y 7 días y la tercera sólo en la de 7.

En España se utiliza preferentemente la incidencia a 14 días porque la de siete días era poco fiable cuando había muchos retrasos en la notificaciones en algunas comunidades pero con el uso de los test de antígenos estos se han reducido mucho. Ahora la incidencia a siete días permite seguir la evolución de la curva con datos más recientes y predecir mejor lo que ocurrirá en los días siguientes.

Alemania mide siempre la progresión del virus siete días y por eso a veces se producen confusiones a la hora de comparar. Ángela Merkel acordó el pasado miércoles con sus estados federados prolongar las restricciones vigentes hasta el 7 de marzo como mínimo porque su incidencia a siete días era aún muy alta, de 68 casos por 100.000 habitantes. Cuatro veces menos que la de Madrid, tres menos que la media española y la mitad que Cataluña.

En Alemania bares, escuelas, comercios y ocio permanecen cerrados a cal y canto desde hace meses. El acuerdo con los länder pasa por no empezar a relajar hasta caer por debajo de los 50 casos, mientras se mantiene un férreo control de fronteras ante la amenaza de la llegada de las nuevas variantes.

Madrid estima que el 25% de los nuevos casos corresponden a la cepa británica, más contagiosa y probablemente más letal, mientras que acaba de detectar dos nuevos infectados con la brasileña, con los que son ya tres los encontrados en la región. Los dos últimos, además, con la mutación que baja la eficacia de las vacunas.

Ayuso no está sola a la hora de empezar a relajar las restricciones porque algunas de las autonomías que han bajado como un tiro, como Extremadura y Castilla-La Mancha han levantado su cierre hostelero, aunque esta última ha introducido la exigencia de que los clientes se registren con códigos QR para facilitar el posterior rastreo. En ocho o diez días podrá comprobarse si el ritmo de bajada de los contagios se ralentiza. El País Vasco las ha levantado a raíz del auto de un juez 'anticonfinamiento' que ha descartado recurrir.

Un caso aparte es Cataluña. Con un horario limitadísimo de la hostelería impuesto antes que nadie, empezó a doblegar la tercera curva también más pronto que el resto y ahora es una de las autonomías en mejor situación. Suavizó muy levemente las restricciones a los bares el pasado lunes y la próxima semana estudiará si se reabren los centros comerciales en caso de que la epidemia siga a la baja.

Dos regiones como la Comunidad Valenciana y Castilla y León, con bajada de contagios también meteórica, han resistido la creciente presión de los hosteleros que ahora se concentran en reclamar una ayudas económicas que ni las comunidades ni el Gobierno han concedido en un un volumen suficiente.