Queda solo una semana para la vuelta al colegio más incierta que se recuerda. Después de seis meses alejados de las aulas por la pandemia, alumnos, familias y profesores afrontan el curso 2020-2021 en un mar de dudas alimentado por la tardanza en la comunicación de las medidas de seguridad y el temor a que esos protocolos sean insuficientes para contener la expansión del coronavirus en los centros educativos.

Tanto el Departamento de Educación como el ministerio han dado ya las pautas, sobre el papel, de cómo será un nuevo curso en el que los expertos en Salud Pública aseguran que se pueden producir casos de covid-19. El uso obligatorio de las mascarillas a partir de los 6 años, el mantenimiento de la distancia interpersonal de 1,5 metros, la reducción de las ratios y la creación de grupos estables de convivencia o grupos burbuja en las edades más tempranas son algunas de las novedades.

En Aragón, a ellas se suma el inicio de clases «escalonado», que llevará a las aulas el día 7 solo a los alumnos de 2 años y de 1º de Infantil; los de 2º de Infantil irán el 9 de septiembre y los de 3º, el día 10. En Primaria, 1º comienza el 8 de septiembre, 2º el día 9, 3º el día 10, 4º el día 1 y los alumnos de 5º y 6º, el día 16. En Educación Especial el inicio se produce entre los días 8 y 9. En Secundaria, los estudiantes de 1º comienzan el día 10 y, para el resto de cursos, los centros pueden decidir escalonar o no el inicio del curso entre los días 11 y 15. Además, la semipresencialidad desde 3º de la ESO, la utilización de espacios alternativos para garantizar el mantenimiento de los grupos en el comedor y la desinfección en los centros serán otras de las nuevas normas.

Pero lo que preocupa por igual a docentes y padres es si todas estas medidas podrán tener un traslado «real» en el día a día del colegio. Desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos han hecho un llamamiento a la «tranquilidad» de las familias, pero también han surgido otras voces de padres que reclaman que ir al colegio sea «opcional» mientras no se garantice una enseñanza «segura» frente al coronavirus.

María Pilar García es directora del IES Clara Campoamor de Zaragoza y miembro de la Asociación de Directores de Institutos de Secundaria de Aragón. Este curso en su centro habrá 910 alumnos y 84 profesores. En su caso, han recibido un refuerzo docente, pero incide en que la aplicación de todos los protocolos requiere de mucho personal y tiempo para coordinarlo. «Con casi mil personas en el centro, no se puede gestionar todo en dos días; han llegado muy tarde las medidas», lamentó. Y aunque celebró el aumento de docentes, exigió que se concrete cómo se aumentará la higiene. «Los protocolos dicen que debe haber una limpieza exhaustiva al menos dos veces al día, pero necesitamos más personal para hacerlo», señaló. También la enseñanza semipresencial es un reto: «Por suerte, de los 900 alumnos, 600 tienen su propio dispositivo» para trabajar desde casa y mantener la comunicación fluida y la formación.

Desde las familias, Marian Navarro, con hijos en 1º de la ESO y 2º de Bachillerato, concentra sus dudas en si será posible avanzar en las materias. «Creo que la semipresencialidad no ayuda a los alumnos que tienen que preparar la Evau; y por otro lado, en 1º de la ESO me preocupa cómo se mantendrán las distancias con 25 o 30 alumnos por clase». Un mar de dudas que afecta a toda la comunidad educativa frente a un curso incierto. La suma de esfuerzos, la responsabilidad colectiva y la dotación de recursos serán imprescindibles para mantener los colegios abiertos.