A veces da igual el destino: lo que importa es volar. Es lo que ha pensado muchos de los viajeros que este mes de agosto han pasado por el Aeropuerto de Zaragoza. Los destinos que se ofrecen son escasos y en algunos casos llenos de dudas y complicaciones. «He llamado a las embajadas de España y de Italia y en ninguna me han sabido aclarar qué pasa con las PCR», lamentaba la zaragozana Marta Losilla. Tiene un hotel reservado en Venecia, pero teme que las confusas normas que se han establecido para viajar a Bérgamo (Milán) trunquen sus esperadas vacaciones. Toma el primer vuelo que sale desde Aragón con ese destino desde la cuarentena.

Según lo establecido por las autoridades italianas el pasado miércoles en una ordenanza hace falta que los pasajeros que llegan desde España presenten una prueba negativa de coronavirus para poder entrar en el país. Teóricamente los análisis se pueden realizar en el propio aeropuerto de llegada. «Nadie nos aclara si los resultados los tendremos en el acto o será necesarios esperar 48 horas para saber si nos podemos mover por el resto del país», lamentó.

En una situación parecida se encuentran las hermanas Colomina (Sandra y María), aunque se toman con mucha más filosofía la incertidumbre. «Tenemos muchas ganas de salir después de ocho meses sin poder movernos», explicaron confiadas en que los trámites se limitarán a una pequeña molestia tras el aterrizaje. Como medida de precaución han cargado «un montón» de botes de gel hidroalcóholico en la maleta, bromean mientras dejan atrás a sus padres con algo más de preocupación en el rostro.

Casi sin cuarentenas

El cumplimiento de la normas en el aeropuerto de Zaragoza está siendo mayoritario. Solo algunos turistas que aterrizan recién llegados del extranjero se muestran confundidos ante la obligación de usar las mascarillas en todo momento. «Ellos son a los viajeros a los que más tenemos que advertir», manifiesta uno de los responsables del control de acceso, Adrián Solanas. En muy pocos casos, según indica la auxiliar de enfermería Estela Gutiérrez, han tenido que establecer la cuarentena por casos sospechosos. «Las personas que viajan están siendo responsables y no estamos teniendo muchos problemas», confirma.

La familia Artigas decidió hace poco más de una semana que iban a pasar el fin de semana a Palma de Mallorca. «Necesitamos tranquilidad y desconectar de todo lo que está pasando», indican Manuel y su hija Claudia. Destacan que cumpliendo con las recomendaciones establecidas no debería haber ningún problema. Algo parecido a lo que indica Rut Rojas, viajera con el mismo destino. «Tenemos unas ganas horrorosa de un baño en la playa», asegura rodeada de su familia. Muchas ganas de mar y cero miedo al virus, insisten.

En su caso el viaje llevaba planificado desde enero y casi no se creen que estén a punto de cruzar los controles de seguridad: en las últimas semanas se ha adelantado, retrasado y vuelto a adelantar la salida en varias ocasiones. «Por lo menos no hemos tenido problemas con los hoteles», se resigna entre risas.

Vuelta a casa

Pietro di Giuseppe vuelve a su casa de Milán tras haber pasado tres semanas en compañía de su pareja en Zaragoza. Asegura que el covid puede estar en todos los lados, pues según su experiencia hace unos meses el mayor número de casos estaba en la comarca de Lombardía y ahora se encuentra en Aragón. Todo cambia y es necesarios estar atento y cumplir con las recomendaciones. En su caso no necesita PCR para regresar a su país, aunque tendrá que pasar unas 48 horas de aislamiento.

Mientras, en el aeropuerto zaragozano las colas en los embarques siguen su curso. Nadie diría que la pandemia acecha.