Los centros de salud se han convertido en esta segunda fase de la pandemia en la principal barrera de control del coronavirus.Ya se preveía. El departamento de Sanidad reforzó a principios de junio la Atención Primaria con 105 enfermeras casi 40 médicos. Pero el rebrote, que ha llegado dos meses antes de lo previsto, ha demostrado que siguen siendo necesarios más recursos. Según ha podido saber este diario, varios centros de salud de la capital aragonesa se han visto «desbordados» en las últimas semanas.

El director general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, Fracisco Javier Falo, explicó que se está produciendo en Zaragoza «una difusión del virus prácticamente por todas las zonas básicas de salud». «Igual se libra solo una del virus», reconoció. En concreto, los mayores problemas «y la mayor concentración de casos», reconoció el responsable de Salud Pública, se está detectando en barrios «como Delicias, Bombarda y Universitas». Según ha podido saber este diario, además se ha registrado «un aumento importante tanto en urgencias atendidas como ingresadas». El patrón, coinciden los sanitarios consultados con Falo, es «disperso». Estas mismas fuentes detectan «agrupaciones en zonas de Delicias Norte y Sur, Universitas, Sagasta, Ruiseñores y Torre Ramona, Hernán Cortés y Valdespartera».

También en el centro de salud de San Pablo, profesionales consultados por este diario afirmaron que las rastreadoras están «desbordadas». Solo en el mes de julio contabilizan 19 casos activos, pero cada día se registran otros dos o tres positivos. Desde este centro de salud se realiza también el seguimiento de otros 51 pacientes con PCR negativa pero que deben mantener el confinamiento por ser contactos de casos confirmados.

En el centro de salud de San José, están detectando entre 5 y 7 casos positivos diarios, y realizan el seguimiento a una veintena de contactos. La situación en Las Fuentes está más tranquila, según ha podido conocer este diario, ya que desde el pasado viernes se han detectado 8 casos nuevos.

En Delicias, sanitarios del centro aseguran que cada día se efectúan «numerosas» pruebas PCR y subrayan la «dificultad» de realizar el seguimiento de los casos positivos y sus contactos convivientes. Una labor que se complica por el elevado porcentaje de población inmigrante y las dificultades derivadas de no conocer el idioma.

Ante esta situación, el gerente del Salud anunció que contratará «a cuantos trabajadores sociales sean necesarios» para coordinarse con los equipos de rastreo formados por enfermeras y médicos.