Los números no cuadran en el Ayuntamiento de Zaragoza. La crisis sanitaria ha dejado a las maltrechas arcas municipales muy tocadas y la situación social que viven familias y empresarios también va a tener su impacto porque el dinero da para lo que da y muchos no pueden hacer frente al pago de las tasas e impuesto. Prueba de ello es que la morosidad se ha disparado, sobre todo en dos de los principales impuestos que nutren de dinero al consistorio, el IBI y la plusvalía.

La concejala de Hacienda, María Navarro,ha informado durante la comisión de su área que en el primer semestre del año se han recaudado «15 millones» en concepto de plusvalía por transmisiones intervivos, es decir, por donaciones, compraventas o permutas. La previsión a principios de año rondaba los 55 millones, durante el covid, y en un primer balance del impacto económico de abril, la rebajaron a 33, finalmente han sido 15. «Nos preocupa mucho», ha admitido la concejala, que ha explicado que la situación de incertidumbre está dificultando la elaboración de una propuesta de ordenanzas fiscales para el 2021 y que tendría que empezar a debatirse en septiembre.

En relación al IBI, ha explicado que tras el segundo giro del recibo que se aplazó al 15 de julio, la morosidad ha sido del 2% en el caso de los domiciliados, y del 26% en los no domiciliados. «Esto nos hace ver cómo se va a operar a partir de ahora», has resumido tras las preguntas de PSOE y ZeC sobre el futuro de las ordenanzas fiscales.

Navarro ha informado que hasta que no sepan cuánto dinero recibirá el consistorio de los fondos estatales o europeos no pueden hacer una previsión. No obstante, ha adelantado que se plantearán unas ordenanzas adaptadas a la realidad del momento, con el pequeño comercio, el sector servicios y el hostelero y hotelero, entre otros, asfixiado por los meses de cierre, las aperturas progresivas y la falta de confianza de los ciudadanos.

Desde el PSOE, Ros Cihuelo han criticado que el consistorio haya descartado la opción de utilizar parte de su remanente de tesorería (para el pago de facturas) para la situación de crisis.