El Gobierno de Aragón y la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias habían planteado el acto de homenaje de este sábado como unas líneas maestras para los municipios y, dentro de la sobriedad general, cada uno lo adaptó a sus peculiaridades. Fue el caso de Huesca, donde, además de la carrasca y la placa cerámica, el acto de tributo contó también con dos pajaritas de papel, símbolo de la ciudad.

En la capital altoaragonesa, el acto se desarrolló a la entrada del hospital San Jorge, donde se erguirá la carrasca que plantaron las brigadas municipales, como agradecimiento a su labor durante el confinamiento. El lugar, según explicó el alcalde oscense, Luis Felipe, fue elegido porque «aquí muchas familias sufrieron el dolor de ver como se marchaban sus seres queridos sin ni siquiera poder despedirse y aquí hemos vivido también el valor de nuestros sanitarios».

En el acto participó también una representante del Consejo de la Ciudad de las Niñas y los Niños, Salas Vallés, y en representación del Gobierno aragonés intervino el vicepresidente Arturo Aliaga, quien destacó, como afectado además por la enfermedad, que hay motivos para «enorgullecernos» por el sistema sanitario del que gozamos.

Luis Felipe apeló también a la unidad y responsabilidad y destacó las «lecciones» que nos ha dejado la pandemia, sobre todo la «solidaridad» que ha despertado, y que ejemplificó en las asociaciones que han estado cuidando especialmente a los más vulnerables.

EL TORICO, DE LUTO

Teruel también contó con una peculiaridad. Desde primera hora, el popular torico de la plaza a la que da nombre lucía un pañuelo rojo con un crespón negro y el lema del acto, «a todos los que nos faltan». Como explicó la alcaldesa, Emma Buj, la iniciativa, acordada en el pleno municipal, tiene el doble objetivo de honrar a las víctimas y recordar, aunque no haga falta, el motivo por el que no se van a celebrar las fiestas. «Hemos querido que sea una forma de concienciar a los turolenses de que no podemos celebrar la Vaquilla con una crisis sanitaria. Que tenemos que ser rseponsables, pero también que nos está esperando para el año 2021», expuso la regidora.

Además de este detalle, la capital bajoaragonesa también celebró el acto unitario de tributo, con varias semejanzas con el de Huesca. Por ejemplo, la carrasca también se plantó en un centro sanitario, en este caso el hospital Obispo Polanco, y lo hicieron representantes del Consejo Municipal de Infancia y Adolescencia de Teruel.

En el acto intervinieron la consejera de Presidencia del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez, la directora del hospital, Ana Garzarán, el inspector jefe de la Policía Local, Pedro González, el presidente de la Asociación de Panaderos de Teruel, Jorge Sanz, la hija de un fallecido por coronavirus, Josefina Nadal, y la alcaldesa. Contó además con la música del violinista Alberto Navas al inicio y al final del acto.

CEMENTERIO

En Calatayud, por su parte, el lugar escogido fue el cementerio municipal, donde tristemente terminaron varias víctimas del coronavirus. Además de representantes de fuerzas y cuerpos de seguridad, sanitarios, voluntarios y personas que han realizado servicios esenciales durante estos meses, dos vecinos de la localidad que han superado la enfermedad se ocuparon de plantar la carrasca.

Además, dos niños del Consejo de Infancia y Adolescencia se ocuparon de leer el manifiesto de Manuel Vilas. Por su parte, el alcalde bilbilitano, José Manuel Aranda, cerró el acto recordando «el esfuerzo colectivo que hemos realizado estos meses para hacer frente a una crisis sanitaria sin precedentes». El primer edil agradeció la labor de todos los profesionales que han luchado en primera línea contra la covid-19 y apeló a la responsabilidad de todos para superar la situación.

Obviamente, el homenaje no se celebró solo en las ciudades. Cada municipio buscó una ubicación privilegiada para el nuevo símbolo, como fue el caso de Mequinenza, donde se eligió la plaza Joaquín Torres. En la localidad zaragozana fueron Francisco Ferragut y Albert Sánchez, en representación de toda la sociedad mequinenzana, los encargados de colocar la placa cerámica que acompaña al plantero de carrasca. En Biscarrués, en la explanada del cementerio, hubo un especial recuerdo para María Jesús y Míchel, los dos vecinos fallecidos por la pandemia.

En todos los discursos, no solo por el unitario a cargo de Manuel Vilas, los responsables apelaron a la unidad que será necesaria para salir de la pandemia por completo, tanto en la vertiente sanitaria, aún no superada, como en la social y económica, cuyos efectos apenas empiezan a dejarse notar en toda su magnitud. Y proliferaron también los llamamientos a la responsabilidad individual, el respeto a las normas de seguridad e higiene.

EN FASE 2

Los homenajes también se produjeron en las localidades que han retrocedido a la Fase 2, como en Fraga, donde la carrasca se plantó en el parque de La Estacada. Aunque en algunos casos se tuvieron que realizar algunas adaptaciones. Por ejemplo en Caspe, donde el homenaje se celebró en los jardines de la Glorieta de Alfonso XIII, sin público y con un reducido número de asistentes, como consecuencia de retroceso de la comarca a la citada fase. La alcaldesa caspolina, Pilar Mustieles, destacó el «dolor y las pérdidas irreparables» que ha causado el virus y agradeció su trabajo a los trabajadores y sanitarios. En representación de estos, el coordinador del centro de salud, Miguel Guiu, plantó la carrasca y descubrió la placa conmemorativa, yo José Vicente Garcia puso la música.