Bares, restaurantes, salas de ocio nocturno, taxistas, fincas de eventos y tiendas de souvenirs auguran un futuro "complicado" por las afecciones de las restricciones que impone la fase 2 "flexible"

DISCOTECA DA LUXE: «No entendemos este agravio comparativo»

Después de adaptarse a las condiciones de la «nueva normalidad», el ocio nocturno vuelve a tener que bajar la persiana, a pesar de que muchos locales ya habían invertido importantes cuantías para mantener sus negocios abiertos con las nuevas reglas del juego. «Adaptarnos a la nueva normalidad nos costó 14.000 euros por la instalación de las mesas, la ampliación de la terraza y el protocolo sanitario. Ahora, nos quedamos con la inversión hecha, todo lo perdido durante los meses de la pandemia, y la incertidumbre de hasta cuándo estaremos así», denuncia Ángel Valios, administrador de la discoteca Da Luxe, en Zaragoza. «No entendemos el agravio comparativo y creemos que antes deberían haber hablado con el sector», aseguró.

Esta fase 2 «flexible» permite abrir a locales nocturnos con mesas y ambientación musical. Este fin de semana, Da Luxe abrirá en estas circunstancias, pero su administrador reconoce que «la apertura de próximas fechas dependerá de cómo funciona». «Una tristeza».

CHOCOLATERÍA CORTES DE ARAGÓN: «Nos limitan, pero los gastos son los mismos»

Algún despistado todavía quiso leer ayer el periódico y tomar el café en la barra de la Chocolatería Cortes de Aragón, sita en la calle que lleva el mismo nombre. «Caballero, disculpe, debe sentarse en la mesa porque aquí está prohibido», le dijo David Villalba, propietario del local.

A negocios como el suyo, con un servicio fundamentalmente de interior (apenas tiene tres mesas en la terraza) y dedicado a la preparación de desayunos, cafés y chocolates, la fase 2 flexibilizada llega «con mucha preocupación» tras unos meses ya de por sí duros. Aquí, la barra es «fundamental» para mantener a su clientela. «Afortunadamente han seguido viniendo y cuando reabrimos en la fase 3 han acudido pese a todos los inconvenientes, pero obviamente esto nos hace daño», dice Villalba.

«Vamos a aguantar como podamos, pero de un día para otro este anuncio nos ha caído mal. Nos limitan las condiciones del negocio otra vez, pero para nosotros los gastos son los mismos. No se reducen», cuenta.

RESTAURANTE EL RINCÓN DE ARAGÓN: «Estamos al 25 o 30% de lo que sería normal»

Óscar Egea es el actual propietario del restaurante El Rincón de Aragón, que abrió su padre hace 29 años en el Pasaje del Ciclón, frente a la Basílica del Pilar. Y en tres décadas de trayectoria no recuerdan nada igual. «Hemos vivido crisis, pero nunca nada como esto. Estamos al 25 o al 30% de lo que sería habitual en estas fechas, y ya hoy (por ayer) hemos tenido menos gente que el lunes pasado», lamentó el hostelero.

De hecho, tal es el daño al turismo que no necesitará adaptar su espacio a la limitación de la mitad de aforo. «Desde que abrimos en junio, ningún día hemos llegado al 50% de aforo, así que usamos mesas alternas», indicó.

En su caso, la ausencia de autobuses de turistas internacionales y el cierre del Pilar a mediodía, lo que reduce las visitas nacionales, ha sido el pan de cada día de la nueva normalidad. Por eso, reconoce que este retroceso de fase no hará sino «empeorar» la situación. «Esperemos que después de esto no volvamos al cierre total», deseó Egea.

FINCA TORRE DEL PINO: «Los novios dudan de si celebrar o no su boda»

El sector de los eventos es otro de los grandes damnificados por el retorno a la fase 2. «Pienso que las autoridades hacen lo que pueden por garantizar la seguridad de la gente, pero esta decisión es demoledora para el sector», afirmó una de las propietarias de Finca Torre del Pino, en San Juan de Mozarrifar, Marta Bas.

Con el anuncio de la reducción de aforo en bodas a 100 personas como máximo en entornos abiertos, han vuelto a aparecer las dudas entre las parejas de novios. «Están muy nerviosos, esto genera incertidumbre y la mayoría no sabe si celebrar o no su enlace», indicó. De hecho, en esta finca el primer enlace estaba previsto para el 31 de julio, pero la pareja ha solicitado «un plan B» para tomar una decisión. «Nosotros aún tenemos margen de maniobra, pero quien tenga eventos este fin de semana sufrirá una pérdida muy grande porque ya tiene todo comprado, bebidas y comida», asegura. Y con esta situación, han pasado de hacer unas 50, a tener tan solo 15 en agenda. Ahora desconocen cuántas se mantendrán.

TIENDA BASILICUS: «No hay turistas, pero vivimos de ellos»

El sector de los souvenirs sigue en horas bajas y la declaración de la fase 2 en la capital aragonesa no ayudará a atraer visitantes a la ciudad y, por ende, a tiendas de recuerdos, como Basilicus, ubicada en plena plaza del Pilar. «Estamos en horario reducido desde que abrimos la tienda el pasado 1 de julio, solo trabajamos cinco horas diarias, porque vimos que con el flujo de no compensa abrir más tiempo», lamenta la comerciante Marcela Kissova.

Para ellos, toda decisión que afecte al turismo, merma su cifra de negocio. «Nos preocupa mucho. Sobre todo, porque antes venían autobuses de italianos, franceses y coreanos, y ahora no llega ninguno. Así que a partir de hoy, imaginamos que todavía menos», expresó.

«Nosotros vivimos de la venta de souvenir, y aunque tenemos algo de ropa y complementos y tenemos algunos clientes locales, los artículos de recuerdo son nuestro producto principal. Por eso, si no hay turistas, es muy difícil mantener la viabilidad del negocio», reconoció.

TAXISTA EN ZARAGOZA: «Esto ha caído como un jarro de agua fría»

Miguel Ángel Perdiguero es taxista en Zaragoza, y recibió la noticia del retroceso de fase «como un jarro de agua fría». «Cuando empezábamos a ser optimistas porque se reactivaba la actividad, y se preveía la celebración de eventos para el mes de septiembre, el batacazo que esto va a suponer para la hostelería y el ocio nocturno nos arrastrará a nosotros también», manifestó.

A la mala situación por la que pasaba el turismo con la pandemia, para este taxista se sumará «la mala imagen» de Zaragoza en fase 2. «El turismo ha caído en picado y los viajes de la estación al centro están perdidos», aseguró.

Ahora que el ocio nocturno cogía músculo y aumentaba la demanda de carreras de madrugada, «volvemos a la casilla de salida». «Estamos trabajando la mitad de los taxis de Zaragoza en semanas alternas, pero habíamos aumentado el ratio de los fines de semana porque había más demanda. Esto lo anulará», denunció. Y así, critica, se «trunca» la «tímida» recuperación del sector del taxi.