La epidemia de covid-19 es la peor crisis sanitaria y económica desde la Segunda Guerra Mundial por su impacto en la salud, el bienestar y el empleo, ha generado una gran incertidumbre y ahora el mundo camina en la cuerda floja hacia una lenta recuperación tras el confinamiento adoptado para frenar la expansión del virus. Pero las consecuencias del parón de la actividad serán duraderas y afectarán más a la población más vulnerable.

Es lo que constata la OCDE en su último informe de Perspectivas presentado este miércoles y en el que baraja dos escenarios para ayudar a los Gobiernos a orientarse en un terreno desconocido. En el más optimista da por hecho que el virus sigue retrocediendo y permanece bajo control.

En el más pesimista trabaja con la hipótesis se una nueva ola de contagios rápidos a finales del 2020. España, uno de los países más azotados por la enfermedad, vería en este último caso desplomarse el PIB un 14,4% en 2020 (la caída sería del 11,1% en el mejor de los escenarios) recuperando un 5% en 2021 (un 7,5% si no hay una nueva ola) teniendo en cuenta el efecto de la crisis en el mercado laboral y la situación financiera de hogares y empresas.

En ambos casos, la contracción se debería a la caída en la demanda interna provocada por la destrucción del empleo y el parón de la actividad, a lo que se añade el descenso de la demanda externa, sobre todo en el sector turístico.

La OCDE señala que el Gobierno de Pedro Sánchez ha adoptado medidas significativas para apoyar el empleo y aportar liquidez a la economía y que mejorar la red hospitalaria y capacidad de realizar test para identificar con rapidez a la población infectada será crucial para prevenir futuros brotes.

Además, sugiere que, a medida que se inicia la recuperación de la actividad, los trabajos a tiempo parcial tienen que sustituirse gradualmente por políticas de empleo que ayuden a empresas y trabajadores de los sectores más impactados por la crisis a orientarse hacia actividades con mejores perspectivas a medio plazo.

COOPERACIÓN

En el análisis presentado este miércoles, prevé una tasa de paro del 19,2% en el mejor de los escenarios y del 20,1% en el peor. La deuda pública será del 139,5% del PIB o del 151,2% en función de la evolución del virus.

El organismo con sede en París cree que algunas de las medidas adoptadas por el Gobierno para amortiguar el golpe de la crisis deben mantenerse y mejorarse para rebajar el riesgo de que los efectos económicos de la pandemia se conviertan en estructurales. Asimismo, recomienda establecer una cooperación con el sector privado y con los gobiernos autonómicos para relanzar el sector turístico.

Mientras no haya una vacuna o un tratamiento ampliamente accesible, los gobiernos continuarán caminando en la cuerda floja, indica el informe, en el que subraya que la distancia física, los test, los rastreos y el aislamiento serán los principales instrumentos para luchar contra la propagación del virus e indispensable para reanudar la vida social y la economía.

Pero los sectores afectados por el cierre de fronteras y los que requieren un contacto personal cercano, como el turismo, los viajes, los espectáculos, la restauración y los hoteles no retomaran la actividad como antes, advierte.