El sector del ocio nocturno en Aragón (y especialmente en Zaragoza) asegura que les están obligando a pagar de forma injusta por el rebrote del covid-19. "Llevamos más de 20 días cerrados y los casos siguen subiendo", asegura el vicepresidente de la asociación de hostelería y ocio nocturno del Casco Viejo, Eneko Abad. Por este motivo no descartan acudir a los tribunales si el Gobierno de Aragón no atiende a sus exigencias de diálogo. Piden un rescate basado ayudas a fondo perdido, condonación de alquileres e impuestos o créditos con interés cero. Solo con esas medidas creen que se podrá evitar la quiebra de unos 200 locales.

"Todo el ocio nocturno de Aragón se moviliza ante la negativa total y absoluta de comunicación que nos hemos encontrado", destacan. Y amenazan con concentrarse todos los jueves ante el edificio Pignatelli para hacer notar su malestar. Algo que completarán con otras medidas de protesta, como puedan ser caravanas de vehículos si siguen "asfixiando" su modo de vida. Además, ahí está presente la vía de los tribunales y la conciliación judicial, que ha dado buenos resultados en Andalucía y otras comunidades. "Si siguen siendo cabezones y no quieren negociar tendremos que tomar medidas legales, nosotros hemos presentado soluciones concretas". Lo ideal para "Aragón y la ciudad" sería constituir una mesa de trabajo. "No somos el enemigo, queremos colaborar", dicen, a pesar de que el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, haya llegado a hablar de "lacra" que se tiene que "erradicar". No entienden "el odio" que demuestra.

"Queremos encontrar una solución, pues nosotros no somos los culpables de todos los contagios tras haber acumulado más de tres meses cerrados". Destacan que esto afecta a muchas familias: salas de conciertos, discotecas, bares, proveedores, taxistas, músicos, mantenimiento, limpieza. Más de 4.000 familias en total que tienen que despedir a gente y entrar en el paro. "Estamos en la más absoluta ruina", lamentan.

Los hosteleros también defienden que son parte de la oferta turística de la ciudad y que ofrecen espacios seguros tras las inversiones que han realizado en prevención. Así, consideran que si vuelven a la actividad también se limitará el fenómeno del botellón, pues se ofrecerá a los jóvenes alternativas diferentes a la de hacinarse en casas o fincas sin ningún tipo de control.

La concentración ante la puerta del Pignatelli superó el límite de 20 personas, aunque se cumplieron las medidas de distancia. Consideran que este tipo de limitaciones busca "coartar" su derecho a expresar el malestar de todo el sector.

El presidente de Aragón en Vivo, que agrupa a las salas de conciertos, Patxi Cano, reconoce que hacen falta "medidas sanitarias" pero insisten en que el sector ha quedado "criminalizado" y sin ayudas. "Muchas familias viven de esto, nos encontramos con gran indefensión", destaca.