Hay servicios que no pueden detenerse ante nada. Ni siquiera ante una pandemia tan devastadora como la provocada por el coronavirus. La oncología radioterápica continúa funcionando a pleno rendimiento en la unidad multihospitalaria (Servet y Clínico), epicentro del servicio para todo Aragón. Allí se sigue aplicando al tratamiento a los pacientes con cáncer que lo necesiten pero con las precauciones propias de la actual situación.

En ese sentido, el servicio ha adoptado una serie de medidas destinadas a garantizar la seguridad del paciente, de sus cuidadores y de los profesionales sanitarios. Entre ellas destaca la disposición de un triaje a la entrada del servicio donde el personal de enfermería verifica los contactos del paciente y se evalúan posibles síntomas sospechosos para, en caso de coincidir con los del virus, enviar al paciente a Urgencias o someterlo a un test para comprobar si está o no afectado.

"Los tratamientos se siguen administrando, con los aceleradores a pleno rendimiento, pero lo que estamos haciendo es analizar si conviene llevarse a cabo o demorarlo un par de semanas o tres, como se suele decidir en pacientes muy mayores, o en las operadas de cáncer de mama a las que se ha quitado el tumor y están sin enfermedad. También se puede demorar la visita de hombres con cáncer de próstata con tratamiento posible por hormona para hacerles la radioterapia cuando pasen unos días”, expone Martín Tejedor, jefe de servicio de Oncología Radioterápica de la unidad multihospitalaria.

Se han establecido dos turnos. El primero, de 8 a 15.00 horas, y el segundo de 15 a 22.00. A ellos llegan los pacientes solos o con un acompañante y respetando el horario asignado. “Había quien solía venir con antelación y permanecía mucho tiempo en la sala de espera, algo que ahora no puede ser. Se trata de aguardar el menor tiempo posible y que no se acumule gente, por lo que se ha decidido, asimismo, bloquear algunas sillas para mantener la distancia de seguridad de entre 1,5 y 2 metros”, indican desde el servicio.

El tratamiento, pues, no se abandona por el coronavirus, aunque sí se ha convertido en algo más selectivo “por el bien del propio paciente”, explica Tejedor. “Si no es necesario que venga al hospital es mejor que se quede en su casa, pero cualquier paciente oncológico que necesite el tratamiento será atendido y tratado”. Se trata, en este sentido, de establecer qué es lo más beneficioso para el paciente y, sobre todo, de no correr riesgos. “Debemos valorar que el beneficio final sea mayor que el riesgo. Si una persona tiene un tumor lo vamos a tratar, pero si el tratamiento es complementario a la cirugía y puede esperar, es mejor que no venga al hospital y esperar unos días”, insiste el facultativo.

De momento, además, Sanidad mantiene las instrucciones de no aplazar cirugías oncológicas de envergadura, una medida que estaría destinada a dejar más camas libres de uci para los enfermos de coronavirus y que provocaría que muchos pacientes oncológicos pasaran antes por la radioterapia que por el quirófano.

La pandemia también ha obligado a modificar otros aspectos, entre ellos, la reducción del número de sesiones administradas en un corto espacio de tiempo. “Si en vez de venir 30 o 40 veces, el paciente puede hacerlo en cinco, mejor”, indica Tejedor.

Lo que sí se han anulado son las consultas presenciales para revisiones o la comunicación de resultados de pruebas. Ahora, el procedimiento establece que estos asuntos se aborden a través del teléfono. “Se avisa antes al paciente para que no venga y el día de la consulta la visita se lleva a cabo por teléfono. Se trata de evitar que pacientes y familiares vengan al hospital si no es estrictamente necesario”, dice Tejedor.