Un agente de la Policía Nacional en Zaragoza, que prefiere mantener el anonimato, vive desde el miércoles pasado aislado en su casa. Está a la espera de los resultados de la prueba del covid-19, pero todo apunta a que se infectó estando de servicio. «El miércoles comencé a encontrarme mal y lo peor fue el domingo», señala.

Ese día «me empezó a subir la fiebre, la tos era constante, me empezó a doler el pecho y a respirar muy mal». Ante esa circunstancia no dudó en llamar a la mutua de seguros que presta servicio al Cuerpo Nacional de Policía para decir lo que le estaba ocurriendo, si bien esta le derivó a la sanidad pública «porque no le cubría ese servicio». «En la Jefatura Superior de Policía de Aragón nos dieron un teléfono para avisar en estos casos, así que lo hice y vino el 061 a realizarme la prueba y estoy a la espera», señala, mientras recalca que el sanitario que se lo hizo le explicó que a él no le cubría el sistema sanitario público y que este servicio «se le cargaría económicamente».

Mientras espera que le diga si está infectado con el covid-19 permanece encerrado en uno de los cuartos de su vivienda con el miedo a no contagiárselo a sus familiares. «Con ellos estuve antes de que comenzaran los síntomas, pero nadie les ha hecho un test por lo que cuando bajan al supermercado o a tirar la basura pueden ser un peligro», afirma, a la vez que destaca que ellos también están manteniendo precauciones para evitarlo.

Este agente zaragozano lamenta la falta de medios y critica que el Gobierno de España no les haya considerado personal de riesgo al igual que lo son los sanitarios. «Parece que tienen miedo a hacer pruebas a todos porque igual se quedaban sin médicos, enfermeras o policías porque habría que darles la baja médica y somos fundamentales». añade.