Portugal dará el pistoletazo de salida a su temporada veraniega el próximo 6 de junio con la reapertura de las playas al público según anunció ayer el primer ministro, Antonio Costa, después de la reunión del Consejo de Ministros. Nuestro país vecino continúa con paso firme en su estrategia de desconfinamiento y pasará este lunes a la segunda fase en la que se abrirán colegios, bares, restaurantes y algunos comercios.

Para poder regresar a las playas, los portugueses deberán adaptarse a una nueva realidad que incluye un respetar la distancia de seguridad entre las personas que no pertenezcan al mismo grupo, la prohibición de actividades deportivas con más de dos personas -a excepción del surf y actividades naúticas- y tampoco saldrán de la arena los botes a pedales o toboganes de agua. También se creará un pasillo dentro y fuera de la arena para asegurar la circulación de las personas en sentido único y guardando siempre la distancia.

La Agencia Portuguesa de Medio Ambiente controlará el aforo de las playas con la aplicación “Info Praia”, que utilizará una estrategia similar a un semáforo para conocer el nivel de ocupación de la zona: verde (ocupación baja), amarillo (ocupación media) y rojo (ocupación llena). El primer ministro apeló al civismo del pueblo portugués para cumplir las reglas: “Los portugueses ya han demostrado en los últimos meses ser capaces de respetar el distanciamiento social. Cada uno debe vigilarse así mismo. Es imposible que un policía vigile a cada persona en la playa”. Sin embargo, Costa sentenció que si se incumplen las normas vigentes se podrá prohibir el acceso a esa zona ya que las autoridades controlarán el número de personas dentro de una playa a través de la señal de cada teléfono móvil.

Por otro lado, los tradicionales chiringuitos a pie de playa deberán limpiarse cuatro veces cada día, solo podrán abrir con un 50% de su capacidad y los camareros están obligados a llevar mascarilla y pantalla facial. Esta misma norma también se aplicará a los vendedores ambulantes.

Retorno a las aulas

Han pasado dos semanas desde que el Gobierno portugués inició la desescalada con su paso al estado de calamidad que seguirá vigente hasta final de mayo. Sin embargo, este alivio de las restricciones no ha provocado ningún rebrote en el número de infectados por el coronavirus sino todo lo contrario. La tasa de reproducción del covid-19 es inferior a uno (0,97) y la tendencia de nuevos casos continúa descendiendo a pesar de haber aumentado el número de test realizados, que sitúan a Portugal como el cuarto país europeo que más pruebas realiza -58. 482 pruebas por millón de habitantes-.

Más de 150 mil estudiantes de bachillerato y de formación profesional vuelven a las aulas en horarios alternos a partir de este lunes. Los alumnos solo tendrán clases presenciales de las asignaturas que se examinarán en la prueba de acceso a la universidad. Para garantizar la seguridad, el Gobierno portugués distribuyó más de cuatro millones de máscaras a los centros educativos ya que es obligatorio que alumnos, profesores y funcionarios la lleven durante el horario lectivo. También abren las guarderías donde los niños deberán llevar unos zapatos exclusivos para entrar en el centro.

La economía se reactiva con la apertura de los bares y restaurantes, que podrán atender tanto en las terrazas como en el interior al 50% de aforo y siempre manteniendo una distancia de seguridad de dos metros entre las mesas. Las grandes tiendas también vuelven a abrir sus puertas con la mitad de aforo y solo podrán utilizar 400 m(2). Los museos y los monumentos ya podrán recibir visitas. Además, los portugueses ya podrán visitar a sus mayores que vivan en residencias de ancianos aunque solo con mascarilla, tras cita previa, durante noventa minutos, solo una vez por semana y en el exterior de las instalaciones.