Con una puntualidad exquisita, a las 12.00 horas, las campanas de la Basílica del Pilar y varias iglesias de Zaragoza han roto el frío silencio de una ciudad confinada con su estruendo. Una iniciativa para mantener viva la capital aragonesa y para lanzar un ruidoso mensaje de ánimo.

Esta acción ha sido promovida por la Conferencia Episcopal Española que ha invitado a todas las diócesis a que hagan sonar sus campanas a la hora del Ángelus "para invitar a orar a quienes permanecen en casa y hacer llegar, a los que sirven y trabajan, la ayuda del Señor y el agradecimiento de la Iglesia".

Proponen que suenen sus campanas para orar por los enfermos contagiados, por los empleados de los centros sanitarios, de los equipos de emergencia, de Protección Civil y de las Fuerzas de Seguridad del Estado, además de por los equipos pastoral de la Salud y voluntarios, los educadores, las madres, padres y abuelos o por las personas sin hogar.

No es la única que se ha puesto en marcha estos días. Desde el sábado hay una cita imperdonable cada noche, salir a los balcones para aplaudir a las 20.00 horas. Aplaudir por los sanitarios, que trabajan sin descanso, a los trabajadores de los supermercados, que aseguran el abastecimiento, a los conductores del transporte públicos y taxistas, a los panaderos, quiosqueros, teleoperadores, periodistas,...

La solidaridad en tiempos de crisis muestra siempre su mejor cara y en los últimos días han surgido decenas acciones solidarias para proteger a la población más vulnerable, con la entrega de mascarillas, y entretener a los que están en cuarentena, como en Cuarte, donde todos los días a las 13.00 horas los vecinos salen a saludarse. Son tantas que el Gobierno de Aragón ha habilitado una web para canalizarlas. Ya hay más de 3.000 y pueden seguirse aquí.