El coronavirus sigue haciendo mella en las residencias de mayores de Aragón, si bien, la experiencia aprendida de la dramática primera oleada parece haber dado sus frutos. La mortalidad en los geriátricos aragoneses se ha reducido a la mitad en esta segunda oleada, de modo que los usuarios de centros de mayores fallecidos desde julio representan el 40% del total de muertes por coronavirus en este periodo frente al 80% que supusieron en la primera oleada de la pandemia. Son los datos que aportó ayer el director general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, Francisco Javier Falo, en su comparecencia ante la Comisión especial de estudio de la Red de Centros Asistenciales de Mayores constituida en las Cortes de Aragón para analizar las posibles modificaciones legales para la mejora de la gestión de estos centros residenciales.

Falo insistió en su comparecencia en que existen «elementos diferenciales» entre la primera y la segunda oleada de la pandemia en las residencias y en que tanto la mortalidad como la morbilidad es ahora «inferior». Señaló que entre marzo y finales de junio hubo 130 brotes en residencias de Aragón (el 70% en Zaragoza, el 16% en Huesca y el 14% en Teruel), y que aproximadamente el 80% de la mortalidad que se produjo en este periodo se registró en estos centros residenciales. No obstante, señaló que la distribución de morbilidad y mortalidad «no fue homogénea», sino que «tuvo especial agrupación en algunas residencias». Esta situación dependió, según Falo, de factores como «la dimensión del centro, sus características y sus modelos de gestión».

En la segunda oleada, desde el mes de julio, se han producido hasta el momento un centenar de brotes, de los que están activos unos 70 aproximadamente, pero la mortalidad atribuible a ellos es «la mitad» respecto a la primera oleada. Entre las diferencias entre ambas oleadas en estos centros, Falo señaló las vías de transmisión, con entornos familiares que después se han trasladado a entornos laborales y residenciales; el «camino recorrido» o los diferentes dispositivos asistenciales.

También el director gerente del Instituto Aragonés de Servicios Sociales, Joaquín Santos, defendió en su comparecencia que la bajada de la incidencia en las residencias se explica porque «hemos aprendido de la experiencia». En su caso, señaló que mientras la primera fase dejó 2.500 contagiados y más de 700 fallecidos, este verano, las cifras son de 784 personas infectadas y 96 fallecidos en un centenar de brotes detectados. Además, a diferencia de la primera fase, ahora son capaces de diagnosticar «a decenas de personas asintomáticas», algo que no sucedía en la primera etapa por la falta de pruebas diagnósticas.

Pero pese a las dificultades durante esta pandemia, Santos subrayó que el modelo residencial es el preferido por las familias aragonesas para el cuidado de los mayores, por delante de la ayuda a domicilio o los centros de día. Muestra de ello son los 781 nuevos usuarios que han sumado estos centros desde que se admitieron nuevos ingresos en las residencias libres de covid.

Sircovid: Ciudadanía y Sanidad en coordinación

La aplicación Sircovid, un sistema de información compartida entre los departamentos de Ciudadanía y Derechos Sociales y Sanidad, es uno de los ejemplos que muestra, en palabras del director general de Asistencia Sanitaria del Gobierno de Aragón, José María Abad, el elevado grado de «coordinación» entre ambos departamentos. Un sistema creado ya a finales de marzo y que se puso en marcha a principios de abril para compartir la información epidemiológica de los centros asistenciales. Según indicó Abad, «se han registrado 480 centros, de los que 288 son de mayores tanto públicos como privados, lo que supone que da cobertura a casi 20.000 plazas de mayores». Además, también incluye a los 13.000 empleados de esos centros.

La herramienta, según indicaron fuentes de Ciudadanía, sirve para compartir información «prácticamente a tiempo real» entre ambos departamentos sobre cuestiones relacionadas con el coronavirus, como las altas y bajas de los empleados, el número de usuarios o trabajadores contagiados, el número de pacientes con síntomas, la cifra de asintomáticos o el número de fallecidos. Y su objetivo, además del informativo, es coordinar las acciones necesarias en cada centro residencial.