Tras varias semanas de dimes y diretes, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y un grupo de estados productores capitaneados por Rusia -dueto comúnmente conocido como 'OPEP+'- han llegado a un acuerdo para recortar la producción de crudo en 10 millones de barriles diarios a partir del próximo 1 de mayo y durante un periodo de dos meses, una rebaja sin precedentes que equivale a un 10% de la extracción mundial. El pacto, cuya materialización depende de la adhesión de México, intenta frenar el dañino descalabro en el precio del barril provocado por la caída de la demanda tras la aparición de la epidemia de COVID-19.

El acuerdo llega tras una jornada de frenéticas negociaciones telemáticas entre los responsables del sector de los gobiernos concernidos, y ha requerido de la intervención de EEUU, cuya producción es muy sensible a los bajos precios debido a sus mayores costes de extracción. De hecho, para desbloquear las conversaciones, el presidente de EEUU, Donald Trump ha tenido que emplearse a fondo y ha hablado telefónicamente con los líderes de Arabia Saudí, el rey Salman, y Rusia, el presidente Vladímir Putin, destacándoles la importancia de la cooperación para estabilizar los mercados. "Se ha confirmado el deseo de coordinarse ..... y mitigar el impacto negativo de los precios del crudo volátiles en la economía global", ha admitido el Kremlin una declaración emitida por su portavocía.

México duda

Con todo, las espadas aún están en alto, ya que México, que en el 2018 exportaba al mercado mundial 1.200 millones de barriles diarios, mantiene su 'no' al pacto. Medios rusos han informado que la delegación mexicana dió un portazo y abandonó las conversaciones mientras estaban desarrollándose, ya que no estaba de acuerdo con la cuota de 400.000 barriles de reducción que se le imponía. La secretaria de Energía de México, Rocío Nahle, ha asegurado en un tuit que su país solo estaba dispuesto a recortar la producción en 100.000 barriles. "Esperamos que México vea el beneficio de este acuerdo", ha espetado el ministro de Energía saudí, el príncipe Abdelaziz bin Salman. Las negociaciones continuarán este viernes entre los ministros de Energía del G-20, otro encuentro telemático en el que Riad y Moscú ejercerán nuevas presiones sobre México. y en el que participaran otros países con producciones mucho menores como Brasil o Canadá.

Los principales países afectados por los recortes serán Arabia Saudi y Rusia, los principales exportadores, que extraerán 2,5 millones menos de barriles diarios, e Irak, con un millón menos. La caída del precio del petróleo ha dañado gravemente a la economía rusa, cuya divisa, el rublo, experimentó una importante depreciación en cuanto comenzó la pandemia, la demanda de petróleo cayó y Riad y Moscú se declararon una guerra comercial. Pese a las dramáticas reducciones pactadas, los analistas creen que la tendencia a la baja en el precio del crudo se mantendrá. "Son muy pocos (recortes) y muy tarde", ha valorado para Reuters un analista de Golman Sachs.