El departamento de Sanidad ha retirado en los últimos días 15.000 mascarillas repartidas a los centros sanitarios aragoneses durante la semana pasada, procedentes de uno de los envíos del Ministerio de Sanidad. El servicio de Prevención del departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón detectó que podía haber un error en las equivalencias entre los modelos recibidos del ministerio y su efectivo nivel de protección.

El ministerio equiparó el nivel de protección de un modelo de importación a las mascarillas europeas FFP2 y FFP3, pero ante la duda, Prevención emitió un comunicado para que estas no se utilizaran como tal. Ahora, se han retirado esas 15.000 unidades de los centros y Sanidad se encuentra a la espera de la respuesta del Ministerio ya que cuenta con otras 20.000 mascarillas de este tipo en el almacén.

Según confirmó el propio departamento de Sanidad, ahora se encuentran a la espera de la respuesta del ministerio para «acreditar» el nivel de protección de estas mascarillas, y si se autentifican como tal «se volverán a repartir, y si no, se repartirán para ser utilizadas para menores niveles de protección».

Sin embargo, estas mismas fuentes no pudieron confirmar ayer si algún profesional sanitario de la comunidad utilizó algunas de esas 15.000 mascarillas calificadas por el ministerio como FFP2 o FFP3, antes de la alerta y la retirada. Según fuentes consultadas por este diario, las mascarillas se repartieron por varios sectores sanitarios, incluyendo los hospitales Clínico, Servet, Royo Villanova y Provincial, así como varios centros de salud.

Desde los sindicatos sanitarios lamentaron que se produzcan errores de este tipo, si bien reconocieron la rapidez de actuación del servicio de Prevención.

Desde el sindicato de enfermería Satse, su presidenta, Pilar Navaz, manifestó que se han pedido explicaciones por escrito a Sanidad, así como «que se investigue la trazabilidad de esas mascarillas para saber si se han utilizado por profesionales sanitarios y en qué procesos». Y aunque reconoció que no tienen constancia de que se hayan usado, expresó que, más allá de este caso, «el dato objetivo es que los sanitarios se están contagiando porque no están contando con los equipos adecuados». Cosas como estas, añadió, «generan incertidumbre y confusión entre los profesionales, porque les queda la duda de si el material que utilizan para protegerse es el adecuado».

Evangelino Navarro, de Csif, señaló que «desde hace años, todo lo que llega a España debería contar con el certificado CE y estar etiquetado en español, pero estas mascarillas no lo estaban». Además, señaló que «hay que aplaudir a Salud Laboral que ha actuado con rapidez» y por eso indicó que ve «poco probable» que llegaran a utilizarlas profesionales sanitarios. Lorenzo Arraco, del sindicato de médicos, indicó, en esta línea, que «el aviso de Prevención llegó a tiempo».

No obstante, desde Satse esperan la respuesta del departamento, y éste, la aclaración pertinente por parte del Ministerio.