- ¿Qué espera lograr con las nuevas restricciones, que siguen recayendo en la responsabilidad individual de la población?

- Funcionamos en un equilibrio inestable entre la situación epidemiológica y la posibilidad de que las restricciones no alteren excesivamente la recuperación económica y social. Establecemos medidas proporcionadas y en el momento en que creemos oportuno, pero evidentemente no siempre tienen el resultado esperado. Lo interesante es saber a tiempo si son las medidas necesarias o no, y día a día ir calibrando y comparando los datos que obtenemos de los contagios. Cuando nos preguntan por un horizonte temporal para valorar las medidas, no solemos darlo porque cada día analizamos su efecto y cumplimiento.

- Hace quince días se decretó el uso obligatorio de la mascarilla, hace diez la fase 2 flexible y ahora la fase 2 estricta en algunas zonas. Si las medidas no se cumplen, ¿qué decisiones tomarán?

- Siempre decisiones proporcionadas a la situación. Tenemos tres territorios en nuestra comunidad: uno en fase 2 flexibilizada, otro en fase 2 estricta y una gran parte sigue en nueva normalidad. La delimitación por comarcas nos permite aplicar en cada zona la medida proporcionada. Algunas están en una fase 2 reforzada, otras en flexibilizada y no descartamos que algunas de las que pasamos a flexibilizada puedan volver a nueva normalidad. Igual que otras pueden pasar a fase 2. Es una situación absolutamente dinámica. La delimitación comarcal nos permiten no extender las medidas a todo Aragón, con lo que podemos mantener cierto desarrollo económico y social en el resto de la comunidad. Así trabajaremos; de forma gradual, flexibilizando o recrudeciendo las medidas en función de la curva de contagios.

- ¿Qué tiene que pasar para que Aragón solicite el confinamiento perimetral al Gobierno central?

- Bueno… Insisto en que las medidas son proporcionales y progresivas. Tal y como dijo el director de Salud Pública, esto se soluciona con todo el mundo confinado 15 días en su casa. En 15 días tendríamos cero de curva de contagio. Pero no creo que ese escenario sea el que podemos contemplar como el idóneo, aunque sería en el que acabaríamos con esta curva de contagios. Tenemos que seguir realizando medidas progresivas. Cuando éstas se nos agoten y consideremos que la situación epidemiológica exige pedir un confinamiento perimetral, lo haremos, no lo dudéis. Hasta ahora, implementamos medidas de semana en semana que creemos que pueden favorecer el descenso de la curva. Nos adelantamos a la tendencia, pero es un virus desconocido y se nos pueden escapar cosas.

- Si esto se arreglaría con 15 días de confinamiento, ¿por qué no se hace?

- (Silencio) ¿Tú crees que podríamos soportar 15 días de confinamiento en nuestros domicilios como hemos hecho anteriormente? Yo no descarto que en el peor de los escenarios tuviéramos que hacerlo, pero desde luego no es nuestro planteamiento ni de lejos en estos momentos. Si no se pide un confinamiento es porque no se considera que sea la medida que podamos soportar. Tenemos que ser muy cautos porque los confinamientos no son una situación deseable para nadie. Ya hemos tenido uno y hemos de intentar controlar esto con otras medidas restrictivas, sin llegar a esa.

- Aragón lidera los casos a nivel nacional. ¿Qué se ha hecho mal? ¿Por qué aquí se detectan más casos que en otras comunidades con circunstancias parecidas? Andalucía tiene trabajo temporal y turismo, pero apenas notifica nuevos casos. ¿Cómo lo explica?

- Son situaciones diferentes. A nadie se nos escapa que hay comunidades vecinas cuya situación epidemiológica sea probablemente infinitamente peor que la nuestra y, sin embargo, no aparecen en la lista de las más afectadas. Esto puede obedecer a factores como el modo de volcar los datos o al día en que se vuelcan. A nosotros nos lastra aparecer diariamente como la comunidad con más casos, pero esto obedece a la absoluta transparencia. Volcamos todos los datos que tenemos. Y en estos momentos tenemos una capacidad importantísima, superior a la media nacional, de localizar a los contactos. Por cada positivo, tenemos 6 contactos. Esto hace que diariamente controlemos a unas 20.000 personas. Este esfuerzo hace que hayamos detectado gran cantidad de positivos, la mayoría, asintomáticos. Soy consciente que habrá comunidades que no tendrán esta capacidad o que no reflejen los datos de los asintomáticos. En otras comunidades que comparten actividades agrícolas como Andalucía, la realidad de sus explotaciones no tiene nada que ver con las aragonesas. Aquí hay más de 5.000 empleadores de explotaciones, la mayoría muy pequeñas. En Andalucía, son explotaciones muy grandes y la población trabajadora es mucho más estable. No es comparable.

- Entonces, ¿Aragón lo hace mejor que otros porque detecta más?

-Yo no digo que lo haga mejor, sino que nuestra potencialidad es que todavía somos capaces de detectar la trazabilidad de los contagios en entre un 40 y un 70% de los casos. Eso es muchísimo. Y con el gran volumen de PCR, unas 3.000 diarias, podemos detectar muchos casos.

- ¿Hay espacio para la autocrítica? ¿Se podía haber hecho algo mejor para no tener a la mayoría de la población en fase 2?

- Por supuesto que habremos hecho cosas mal. No improvisamos en absoluto, pero trabajamos día a día. Más que día a día, hora a hora, con lo cual las medidas en ocasiones se pueden quedar cortas y otras veces, demasiado rígidas. El 26 de mayo ya emitimos una orden y preveíamos que se pudiera producir una circunstancia como la que estamos viviendo. A lo mejor teníamos que haber sido más estrictos en su cumplimiento. Creímos que era suficiente con tener unas órdenes claras, pero inevitablemente tenemos que trabajar con una población ambulante, difícilmente controlable, y posiblemente no hemos tenido suficiente capacidad de control de esta población.

- Hace un mes que las comarcas orientales están en fase 2, antes que las medidas tomadas por Cataluña, pero parece que los temporeros también son uno de los focos de contagio en Zaragoza. ¿Se ha llegado tarde?

- Cada uno tomó medidas diferentes al actuar en un momento diferente. Las nuestras fueron proporcionadas y controlamos muy bien los focos allí. La situación está estable con algunos picos, que creo que se mantendrán mientras estén los trabajadores, por las condiciones en que trabajan y la permeabilidad de las fronteras con Cataluña.

- ¿Y sobre el traspaso de casos a Zaragoza?

- En cierto modo era inevitable, porque muchos trabajadores se desplazan a Zaragoza el fin de semana con sus familias. Esto fue el detonante en un principio, pero posteriormente en la transmisión comunitaria han intervenido muchos otros factores. Entre ellos, el ocio nocturno y las agrupaciones sociales. Esto es así en todas las epidemias, y nos obliga a tomar medidas de distanciamiento social y restringir las agrupaciones sociales y la movilidad.

- ¿Qué le parece que comunidades como Galicia planteen un registro de viajeros de las zonas más afectadas?

- Lo entiendo. Cada comunidad puede tomar las medidas que considere oportunas y, si es una región que se nutre del turismo, lo entiendo realmente.

- La recomendación de Sanidad es que los aragoneses en fase 2 no viajen. Pero en la práctica puede haber problemas al anular las vacaciones. ¿Qué tiene previsto el Gobierno de Aragón para ello?

- El Gobierno de Aragón no puede hacer más que una recomendación, porque la potestad para producir un confinamiento perimetral (que evitaría los viajes de forma absoluta porque conllevaría una sanción), no lo hemos planteado por ahora. Solo puede ser una recomendación y apelamos a la responsabilidad individual ya que todo el mundo ha entendido cómo se transmite la enfermedad.

- Hay un «goteo sostenido» de ingresos. ¿Preocupa la situación de los hospitales? ¿Está previsto reabrir camas o reforzar el personal?

- Es cierto que estamos notando un incremento de los ingresos, un goteo constante, mantenido pero sostenible en estos momentos. Estamos funcionando con el mismo número de camas que un verano normal, pese a que no lo es. Se ha cerrado alguna planta para realizar labores de mantenimiento y para garantizar el periodo vacacional de los profesionales. Si en cualquier momento tenemos que incrementar el número de camas de planta o de uci, están previstos los planes de contingencia graduales para hacerlo en función de las necesidades. Respecto a los recursos humanos, de momento mantenemos las vacaciones del personal, pero si hay necesidad de que demoren sus vacaciones, hemos tenido conversaciones con los sindicatos para que las puedan disfrutar más tarde con una bonificación en días o económica.

- ¿Qué previsión hay en Aragón para reforzar el sistema en otoño, frente al temido rebrote?

- Hemos hecho un refuerzo muy importante de la Atención Primaria, con 106 enfermeras y 86 médicos . No hay ni un solo sanitario de la comunidad que no esté trabajando. Tanto es así, que hemos decidido contratar otro perfil, los trabajadores sociales, y tenemos ya a más de 40 en labores de rastreo. No se descarta cualquier otra posibilidad de refuerzo. No sabemos si estamos en una segunda ola de la epidemia; este virus es desconocido. Parece que vamos a estar en oleadas constantes propiciadas en este momento por los temporeros y el turismo, y probablemente después con el inicio del curso escolar o con el ocio en Navidad. Es todo un futurible, pero las curvas indican que posiblemente estemos ante una segunda oleada.

- Sindicatos y colegios profesionales han alzado la voz contra su gestión por la saturación de los centros de salud para efectuar el rastreo. ¿Cómo valora su relación con ellos?

- Hemos estado en contacto desde que tomé posesión. La relación es buenísima, por no decir que excelente con los sindicatos, y también con los colegios profesionales. Mantengo una relación estrecha y tengo su colaboración.

- ¿Y cómo valora su gestión en estos meses, con rebrote imprevisto incluido?

- Yo llegué aquí procedente del mundo sanitario, del que no querría perder la perspectiva. La gestión es complicada, pero no me gustaría perder el perfil que tengo de sanitaria y de cercanía con la gente, que creo que es la potencialidad que puedo aportar en estos momentos. Estoy aprendiendo muchísimo y casi me gusta más ya la Salud Pública que la Ginecología, solo digo casi (sonríe). Espero no rendirme, y trabajar como estamos trabajando intensamente para controlar esta situación.

- Y que los ciudadanos cumplan las recomendaciones...

- Por supuesto. No podemos bajar la guardia. Es un problema de todos y ojalá que la responsabilidad individual se convierta en colectiva.