RAFAEL MARRÓN Médico de Urgencias del hospital Miguel Servet de Zaragoza. Presidente de la sociedad científica de esta especialidad. Dibujó el virus antes de mirarle a los ojos. Sus miedos son por los más vulnerables y por ellos lucha. Está en primera línea de defensa.

Rafa dibujaba desde antes de ser médico. Seguramente, pintó el coronavirus antes de encontrarse con él en primera línea de batalla. Ahora, el doctor Marrón --a quien seguro le gustará el aire de personaje de cómic que le confiere su apellido-- le mira a los ojos al bicho en el triaje del servicio de Urgencias de hospital Miguel Servet de Zaragoza. Ese lugar donde separan a los casos sospechosos para aislarlos lo más rápido posible y así, prevenir el contagio al resto de enfermos (muchos de ellos, en situación vulnerable). Una labor cuyo peso recae en el personal de enfermería y que ahora se está reforzando con médicos del servicio. Cuanto antes, mejor.

Ayer fue su día de libranza, tras un fin de semana de guardia y una montaña rusa de emociones. «Estamos acostumbrados a sábados con más pacientes, pero la tensión hace que esto sea agotador», reconoce. Le digo que los sanitarios son los nuevos héroes y él solo resume que lo que hace es cumplir con su deber. Casi no entiende el motivo de esta contraportada porque, insiste, «solo» trabaja. Hizo un juramento y lo cumple. Da igual el miedo y las horas. Llegados a este punto, esto es «medicina de guerra».

El sábado, en el Servet ni siquiera se enteraron de los aplausos que le brindó la ciudad a todos los sanitarios. «Estábamos trabajando, así que los oímos después, porque nos enviaron vídeos por whattsapp», explica. «Pero, al verlo, se nos llenaron los ojos de lágrimas, como cuando los de Domino’s nos enviaron las pizzas este fin de semana». Dice que la gente no puede imaginar lo que signfican esos gestos. «De hecho, el domingo, como ya lo sabían, todos los sanitarios que pudieron salieron a la puerta del Servet a devolver a la ciudad esos aplausos»

Hablamos del miedo. «No al virus en sí, sino a caer, porque el personal sanitario de Urgencias está en primera línea de defensa». Si caen enfermos, no podrán volver a trabajar y el funcionamiento de los hospitales empezará a verse alterado. Cuando ocurra será todo más difícil. «Y da gracias, porque hay gente en Salud Pública pensando en el siguiente escenario». Esos protocolos han generado una especie de zonas calientes y circuitos cerrados por los que solo pasan los casos sospechosos de coronavirus y determinados médicos.

Le pregunto por la situación del sector. «Este no es momento de reivindicar», reconoce. Y eso que Rafa Marrón es el presidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Urgencias y Emergencias, que lleva años pidiendo que esta se reconozca como especialidad (como sí se ha hecho en la mayoría de los países de Europa). «Esperemos que ahora Sanidad al fin tome nota, porque necesitamos un relevo». Pero las quejas llegarán luego. Este es el momento de la acción.

Una acción que tiene sus pausas. La de volver a casa, con su mujer y sus dos hijas. Si habla con ellas, mantiene distancias. Duerme apartado. Duerme pese a las preocupaciones. Dibuja en cuanto tiene un segundo. Publica por twitter o en su grupo de medicinagrafica.com. Rafa volverá pronto al hospital. A primera línea. Le pido un deseo: «Que se queden en casa»