Poco a poco, muy poco a poco, las calles vuelven a resurgir. Desde el pasado domingo los niños ya pueden disfrutar del aire libre, aunque con estrictas normas y restricciones. Y a partir del fin de semana que viene, según lo anunciado por el Gobierno de Pedro Sánchez, las personas mayores también podrán salir a pasear, así como aquellos que quieran (por necesidad o simple chulería) hacer deporte en la vía pública. Desde ayer también los zaragozanos cuentan, de nuevo, con el servicio de alquiler de bicicletas Bizi.

Los que dispongan ahora del bono que permite el uso de estos ciclos pueden volver a utilizarlas aunque, eso sí, es obligatorio el uso de guantes. Las mascarillas, por otra parte, son recomendables, y las estaciones en las que se aparcan estas bicicletas serán desinfectadas a diario. Ayer ya se vio a alguno de estos usuarios de Bizi, aunque no a muchos, dado que los que tienen justificación para circular por la calle no todavía una minoría. La duda ahora está en cómo se desplazarán los zaragozanos una vez se comiencen a levantar las restricciones de movilidad.

«Lo que más seguridad me dará será ir andando o en coche privado, porque sin duda estas serán la mejores maneras de evitar las aglomeraciones. Pero vamos, para ir a según qué sitios será inevitable coger el transporte público. Eso sí, intentaré coger el taxi todo lo que me dé el bolsillo y llevaré guantes y mascarillas para evitar el contagio», explicaba ayer Raquel, una joven zaragozana que resultó ser la única de la pequeña muestra consultada que mencionó a los taxistas, que están siendo uno de los grandes perjudicados durante estos días. Por otra parte, la opción de andar fue la más mencionada.

«Yo antes utilizaba las bicis de Mobike y creo que cuando podamos desplazarnos las utilizaré incluso más. Pero de todas formas tengo muchas ganas de ir andando a los sitios. Ya andaba mucho antes del confinamiento, pero ahora lo haré más. Subirme al transporte público, si va mucha gente, me parecerá hasta violento», asegura otro joven, Álvaro, que durante algunos días durante el estado de alarma ha tenido que ir a trabajar, para lo que ha utilizado su coche privado.

En la ciudad, otros servicios de alquiler de vehículos siguen fuera de servicio, como los patinetes eléctricos o las motos, en las que, además de compartir manillar, también compartes casco.

Entre las familias parece que la tónica se repite. «A ver yo miedo no tengo si tengo que coger un bus, pero lo cierto es que el transporte público lo usamos poco. ¿A que sí?», le preguntaba un padre a su hijo. Juntos habían aprovechado para que el pequeño pudiera airearse ayer por la tarde por las inmediaciones del Parque Grande. «Casi siempre vamos andando y ahora más, porque será lo más seguro», añadía.

Lo mismo opinaba Iris, que acababa de salir del trabajo. «Me da un poco de cosa coger una bici de alquiler. Aunque sea obligatorio llevar guantes y lo vayan a desinfectar, todo el mundo pone ahí sus manos y no sé…», reflexionaba. La bicicleta compartida parece pues no despertar mucha confianza por el momento, no así las particulares, puesto que las zonas de aparcamiento reservadas para estas estaban completas.

El coche privado, por su parte, también será una opción para muchos cuando tengan que regresar a sus puestos de trabajo, aunque hay quienes admiten que hace días que no sacan sus vehículos del garaje. Jesús, un hombre de 70 años, llevaba hasta ahora todos los días a su mujer a trabajar, pero desde que se decretó el estado de alarma ella va andando.

«Se ha acostumbrado, pero cuando acabe esto ya veremos. A mí me da miedo salir a la calle, desde luego, y cuanto menos lo haga mejor, aunque sea en coche. Pero si tenemos que ir a algún sitio mejor coche que transporte público», asegura.

Entre los jóvenes que viven en Zaragoza pero que son originarios de los pueblos de los alrededores la preferencia por el vehículo privado también se da. Juan, de 24 años, natural de La Almunia de Doña Godina, en la actualidad trabaja y vive en la capital aragonesa, pero muchos fines de semana huía a su pueblo. «Siempre cogía el bus y el tren para ir hasta Zaragoza, pero con la situación actual intentaré coger el coche aunque me dé un poco de miedo. Eso sí, en Zaragoza intentaré ir andando a todos los sitios», reconocía.

Ahora bien, para andar y moverse en bicicleta, otra zaragozana recordaba que es importante estar en forma: «Llevo un año de baja y no me he movido mucho. Ahora empiezo a estar mejor y cuando podamos salir me gustaría ir andando. Para eso ya estoy entrenando en casa con la elíptica. Si no, no resisto», asumía Verónica con su carrito de la compra.