El Tour se resiste a cancelar la carrera. Mantiene la fe en que esta situación dramática que vive el planeta a causa de la pandemia del coronavirus está resuelta el 27 de junio, fecha en la que debe arrancar la prueba en la ciudad de Niza para el tradicional paseo ciclista de tres semanas hasta los Campos Elíseos de París. Por ahora, en una Francia que mediáticamente no los presiona en exceso, la organización de la prueba no tiene prisa en tomar una decisión en caliente, aunque todo juega en contra.

Christian Prudhomme, director del Tour, confirmó tres cosas en Francia. La primera, que bajo ninguna circunstancia, tal como había subrayado el Gobierno francés, se disputará sin público en las cunetas -la carrera puede llegar a mover hasta un millón de personas diariamente-. O habrá aficionados en las carreteras o no habrá carrera. "Lo esencial ahora es la situación sanitaria, que es lo que cuenta. Por el momento, mantenemos las fechas. No se hará sin público y, de cancelarse, será porque Francia vive en verano una situación catastrófica", afirmó Prudhomme en unas declaraciones recogidas este jueves por el diario 'La Montagne'.

La segunda es que ya reconoció que se estaban estudiando nuevas fechas, en el caso de que la pandemia no permita realizar la carrera en la programación establecida. ¿Cuáles? De momento, Prudhomme no ha querido dar un nuevo calendario, pero lo cierto es que desde que se cancelaron los Juegos, el Tour ya está estudiando la posibilidad de empezar una semana más tarde, es decir; el 5 de julio, con el mismo recorrido. Inicialmente ni las autoridades francesas, ni los ayuntamientos que han pagado salidas o llegadas son partidarios de alargar la prueba hasta el mes de agosto, ni mucho menos retrasarla a finales de verano o incluso en otoño, una vez la Unión Ciclista Internacional (UCI) ya ha afirmado que la temporada 2020 se alargará hasta noviembre, siempre y cuando las bicicletas puedan empezar a circular en el mes de junio. Pero el Tour es el Tour, tal como se dice en un deporte que gira a su alrededor. Y todos saben que la cancelación causaría un seísmo sin precedentes en la especialidad que más depende de los patrocinios privados.

LA FECHA DEL 15 DE MAYO

La tercera es que cualquier decisión se tomará como máximo el 15 de mayo. El tiempo juega en su contra, sobre todo en una sociedad francesa y mundial que en estos momentos vive más preocupada en vencer al virus que en saber cuándo, cómo y dónde se disputará el Tour 2020.

La declaración de Prudhomme se produjo a las horas de confirmarse la anulación del Critérium del Dauphiné, la carrera francesa que sirve a inicios de junio como trampolín y laboratorio a los ciclistas para calibrar la forma y examinarse antes del Tour. La UCI canceló el miércoles toda la competición mundial hasta el 1 de junio y el Dauphiné comenzaba el 31 de mayo en la ciudad de Clermont-Ferrand.

POCA PREPARACIÓN FÍSICA

Esta suspensión agrava todavía más la preparación de los ciclistas de cara al Tour. Es impensable que los corredores se puedan enfrentar a tres semanas de titánica lucha sin haber disputado antes, por lo menos, una carrera de una semana, como era el caso del Dauphiné. Ahora solo les queda como prueba imporante y preparatoria en el mes de junio, la Vuelta a Suiza. Pero allí no caben todos, aunque se baraje la opción de disputarse con equipos de 10 ciclistas, en vez de los siete que contempla un reglamento que se puede cambiar.

En un calendario mundial en el que se ha suspendido todo; desde los Juegos Olímpicos hasta Wimbledon pasando por la Champions y sin olvidar las carreras de F-1 y MotoGP, el Tour, tal cual fuera el mítico actor Gary Cooper en 'Solo ante el Peligro', se ha planteado la batalla de convertirse en el único gran superviviente del planeta deportivo ante el azote del coronavirus.

Sin embargo, el pesimismo es la nota predominante puertas afuera del Tour. Los ciclistas no pueden salir a la carretera y se mantienen mínimamente en forma a base de agotadoras sesiones de 'rodillo' (el aparato que convierte en estática a la bici de competición). Algunos de ellos, como Egan Bernal, último ganador de la ronda francesa, han decidido finiquitar los entrenamientos en casa, totalmente desmotivados. Quedan menos de tres meses para que todos se reúnan en Niza y cada vez parece más difícil.

"Todos estamos buscando fórmulas. Pero la realidad es la que hay, con cientos de muertes todos los días. Ahora, desgraciadamente, es impensable que se pueda correr el Tour y aunque parezca que falta mucho para el inicio, la salida cada vez esta más cerca. Debería producirse un gran cambio en la situación actual", afirma Eusebio Unzué, mánager del Movistar, con gran pesar y, desgraciadamente, con poca fe.