"La recuperación del turismo no es fácil de prever porque depende mucho del comportamiento consumidor y de la propia evolución de la pandemia, pero me temo que tendremos que esperar a 2023 o 2024 como mínimo". Así lo ha asegurado este viernes el consejero delegado de EMEA de Barceló Hotels Group, Raúl González, tras reconocer que hay una caída "muy relevante" de las reservas aunque diferenciadas por destinos, con mayor actividad en la costa peninsular y Andalucía, a diferencia de las islas, y con el destino urbano completamente "parado" por su vinculación directa al mercado extranjero. "Barcelona, por ejemplo, que depende en un 85% del mercado internacional va muchísimo peor que ciudades secundarias con más dependencia del mercado doméstico", ha añadido.

A su juicio, la recuperación será "tibia" con niveles de apertura del 30% de la planta hotelera a principios del mes de julio que avanzará de forma paulatina en los meses venideros. "Tenemos hoteles que no prevemos abrir hasta octubre y otros hasta la temporada que viene porque no hay demanda suficientes", ha explicado. Además, en el caso de rebrote, se plantearán el cierre de los hoteles. "Me temo que no nos queda más remedio", ha advertido. Por ello, ha subrayado la importancia de que haya "ERTE flexibles" porque si los hoteles abren y la ocupación es muy baja se plantea un problema para la liquidez de estos establecimientos.

El consejero delegado del grupo hotelero ha refrendado la tesis de que la temporada estival será necesario alargarla con mayor protagonismo de los meses de agosto, septiembre y octubre. "Julio se retrasa, la gente todavía tiene incertidumbre sobre qué puede y qué no puede hacer", ha indicado. No obstante, otra de las características del 'nuevo' turismo es que la duración de las estancias se prolonga porque quienes deciden viajar, prefieren estar más días.

"Al cliente todavía le cuesta", ha reconocido González. A su juicio, hay una parte del mercado "ansioso" por viajar que ha hecho reservas en cuanto las aerolíneas y hoteleras se lo han permitido, pero hay otra parte "con dudas" ante la incertidumbre de qué se encontrará en el destino. "¿Me van a pedir algún papel? ¿Voy a tener algún problema? ¿EL hotel tendrá buffet? ¿Me podré bañar en la piscina?", ha enumerado González, para quitar miedos y asegurar que habrá "una cierta normalidad". "Tendremos una vida bastante semejante a la de antes, podemos ir a bares, restaurante, podemos ir a la playa, bañarnos, en general hay bufetes en los hoteles...", ha explicado.

TELEMEDICINA

La hotelera ha firmado un acuerdo con el broker AON para ofrecer servicios gratuitos de telemedicina a sus clientes con el fin de que puedan disfrutar de su estancia con total tranquilidad. Se trata de un servicio digital o telefónico disponible las 24 horas en cinco idiomas (inglés, francés, alemán, español y catalán) con una consulta de medicina general, pediatría y dermatología. Los médicos diagnosticarán al paciente y le pueden recetar. Además, en función de la valoración, también podrán remitir al paciente un médico físico o al hospital más cercano.

Todos los clientes que reserven su alojamiento a través de la compañía podrán acceder a este servicio de forma gratuita, mientras que el resto que lo haga a través de plataformas tendrán que adquirirlo a su llegada al hotel. "El que viene a pasar unos días de descanso queremos que no se sienta como un hospital pero a la vez que esté protegido y cuidado, tanto en temas de higiene como si tienen algún tipo de enfermedad", ha explicado Raúl González.