La Federación de empleados de Servicios Públicos de UGT en Aragón ha cifrado en 1.000 los posibles casos de contagios de coronavirus en las residencias aragonesas (públicas y privadas). Del total, un 40% serían trabajadores. Justo ayer el Gobierno de Aragón comunicó que tenían constancia de 579 positivos en estos centros, pero desde el sindicato alertan de que los casos “reales” son muchos más, pero que no se están haciendo los tests suficientes. “La situación es desoladora”, afirman.

Existen, según dicen, muchos cuidadores y residentes que presentan síntomas a los que no se les ha hecho una valoración médica. Además, ponen el foco también en los trabajadores (sobre todo en los jóvenes) que son portadores del virus pero que no presentan síntomas, lo que les converte en vectores de contagio. Es por ello por lo que reclaman que se hagan tests “de forma masiva” tanto a los usuarios como a los empleados de los centros. “Cada día que pasa sin que se hagan test se está poniendo en riesgo a más gente”, aseguran fuentes sindicales.

UGT denuncia, asimismo, la falta de personal que sufren muchos de estos centros desde hace tiempo y que ahora ha desencadenado en situaciones muy preocupantes. “Desde el año 2011 hemos pedido que se aumentara la ratio de personal en las residencias”, afirman desde la organización. En estos años lo han “reivindicado en un centenar de concentraciones, campañas de recogida de firmas” e “informes dando cuenta de la realidad existente”, pero las distintas consejerías “han hecho oídos sordos”, lamentan. “Es un sector muy feminizado que tiene un índice de bajas médicas muy elevado de alrededor del 12% por la sobrecarga de trabajo y que ahora ha sobrepasado su límite por la actual crisis del covid-19”, añaden.

Aunque entienden “la falta de medios”, piden que las residencias sean una prioridad para el Gobierno de Aragón y que las dote de los materiales necesarios (EPI) para luchar contra esta pandemia. “Tanto las empresas como la Consejería de Ciudadanía y Derechos Sociales han actuado muy lento”, opinan, lo que ha hecho que “las trabajadoras pongan en riesgo su propia salud y la de sus familias”.