Ahora, que cada día que pasa sentimos más cerca el final de la crisis sanitaria, es fundamental que no olvidemos cómo hemos conseguido llegar hasta aquí: con unidad, compromiso y responsabilidad por parte de todos, ciudadanos, asociaciones, empresas y administraciones. No debemos olvidarlo porque va a resultar esencial mantener esa actitud y esos valores para lograr dos objetivos clave: evitar que haya rebrotes que nos obliguen a dar indeseables pasos atrás y salir cuanto antes de la profunda crisis económica y social que están generando las repercusiones de la covid-19.

En esas dos cuestiones deben centrarse los esfuerzos: la completa recuperación de la normalidad sanitaria y la reactivación de la actividad económica y el empleo con la mayor rapidez posible. Desde el ayuntamiento hemos puesto especial empeño durante estos tres meses en colaborar en esa doble responsabilidad compartida. Fruto de ese trabajo, hemos rubricado un acuerdo global por el futuro de Zaragoza entre los cuatro principales grupos políticos del Pleno, los agentes sociales y las entidades vecinales. Un pacto de 286 medidas que se ha podido plasmar precisamente gracias al ejercicio ejemplar de esos tres valores que titulan este artículo por parte de los cientos y cientos de colectivos, asociaciones y entidades que generosamente participaron en su debate y elaboración.

Esta es sin duda la gran lección que podemos extraer de ese proceso participativo que culminó en un excelente acuerdo que debe ser nuestra guía para salir de la crisis: que Zaragoza la construimos entre todos, cada uno desde sus posiciones y circunstancias, pero todos con el mismo deseo de que nuestra ciudad supere las adversidades y sea un hogar seguro y próspero para sus vecinos.

Soy plenamente consciente de que debemos afrontar ahora una triple responsabilidad: la obligación prioritaria de ayudar a quienes son más vulnerables, participar en los estímulos para recuperar la actividad económica y garantizar, al mismo tiempo, la prestación eficiente y segura de los servicios públicos que precisa el día a día de Zaragoza. Y hay que decirlo con claridad: la tarea no va a ser ni fácil ni cómoda. Va a ser un camino lleno de dificultades y problemas, en el que tenemos que dar lo mejor de nosotros, desde la política, la Administración y la sociedad, para salir adelante sin dejar a nadie atrás.

Porque Zaragoza, al igual que el conjunto de España, se está enfrentando a una crisis que por desgracia ya ha hecho historia por sus consecuencias dramáticas para la salud pública y la economía mundiales. Una crisis global que todos los estudios alertan que nos lleva a escenarios económicos que solo se pueden comparar con desastres como la guerra civil o el crack. Pero en ese panorama durísimo, afirmo con rotundidad mi confianza en la capacidad de Zaragoza y sus vecinos para estar entre las ciudades que superarán la crisis con más decisión y energía.

Hay argumentos que nos permiten esa mirada esperanzada. Están el tesón y la fortaleza de los zaragozanos, que han quedado demostrados en los peores momentos de la crisis sanitaria. Somos una ciudad de emprendedores y gente trabajadora, de personas con talento y ganas de progresar. No nos asustan los retos ni los esfuerzos. Y como ha quedado patente en el Acuerdo por el Futuro de Zaragoza, sabemos sacar lo mejor de cada uno para unirnos ante los reveses y buscar juntos un horizonte mejor para todos.

Únicamente juntos, trabajando codo con codo, podremos recuperarnos de este golpe brutal que tan rápida y cruelmente nos ha zarandeado. Por eso quiero resaltar también que podemos estar orgullosos del alto grado de entendimiento que ha habido entre el ayuntamiento y el Gobierno de Aragón, en consonancia con lo que se ha vivido durante la legislatura antes de esta crisis. Es imprescindible que sigamos en ese camino, que nos reclaman con toda lógica los ciudadanos de Zaragoza y Aragón.

Cada uno por su cuenta, por separado, será imposible salir adelante con la velocidad adecuada. Necesitamos el concurso y la colaboración de todas las administraciones, desde la europea a la municipal, pasando por el Estado y la comunidad autónoma. La materialización de las propuestas del Acuerdo para el Futuro de Zaragoza depende en gran medida de la llegada urgente de la financiación prometida por la Unión Europea y el Gobierno de la nación. También en esto resulta vital que mantengamos todos la unidad, el compromiso y la responsabilidad.