La orden del consejero de Educación del Gobierno de Aragón, Felipe Faci, que establece los criterios para realizar los planes de contingencia para hacer frente al coronavirus en los centros educativos el próximo curso ha sembrado de dudas a buena parte de la comunidad educativa. Entre otras cuestiones, por la utilización y financiación de las mascarillas que deberán llevar todos los alumnos mayores de 6 años, y las indicaciones «confusas» que a este respecto aparecen en la orden del departamento remitida a los centros y a la que tuvo acceso este diario.

«El aula debe organizarse con el objetivo de mantener la distancia de seguridad. Cuando ello no sea posible deberá usarse mascarilla para moverse dentro del aula, pero no será necesaria cuando las alumnas/os o el profesor/a esté en su mesa». Este párrafo sobre «disposiciones generales organizativas en las aulas» de la orden firmada por el consejero ha llenado de dudas a los equipos docentes y sindicatos educativos sobre la eficacia de esta medida.

Aunque en reiteradas ocasiones el plan insiste en que los mayores de 6 años deben llevar mascarilla «siempre que no pueda garantizarse la distancia de seguridad de 1,5 metros», este párrafo lleva a docentes y sindicatos a denunciar los riesgos que podrían asumirse «si en aulas donde los pupitres tan solo están a un metro de distancia, o menos, los alumnos se pueden quitar la mascarilla», señaló el delegado sindical de CGT, Héctor Almazán.

UN «ERROR»

Eva Bajén, presidenta de la asociación de directores de instituto de Aragón, manifestó que dicha recomendación «tiene que ser un error», ya que recordó que «en la mayoría de los centros va a ser imposible cumplir el metro y medio de distancia entre pupitres y, por tanto, el uso de mascarilla debería ser constante, también cuando los alumnos estén sentados, porque las ratios son muy altas, y no se han rebajado, y los espacios llevan años saturados y hay pocas aulas grandes». En este sentido, desde el propio departamento puntualizaron que «habrá que llevar mascarilla siempre que no pueda respetarse la distancia de 1,5 metros».

Desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón, Fapar, pusieron el foco en la necesidad de plantear «alternativas» para aquellas familias que no puedan asumir el coste de suministrar mascarillas a sus hijos (unos 300 euros anuales), y se plantean «solicitar una línea de ayudas, ya sea desde Educación o Servicios Sociales», para que todos los niños vayan a clase protegidos. A este respecto, fuentes del departamento de Educación aseguraron que «se está estudiando» alguna iniciativa de este tipo, aunque anunciaron que en los centros solo habría una pequeña partida para «situaciones de emergencia», y no se plantean suministrar mascarillas a los 230.000 alumnos aragoneses ya que sería «inasumible económicamente».

Por otro lado, desde los equipos docentes de varios centros educativos de la capital aragonesa insistieron en la necesidad de «refozar las plantillas y rebajar las ratios» para poder afrontar el nuevo curso «con garantías». Bajén subrayó que los centros necesitan «un importante refuerzo de personal docente y un importante refuerzo de personal de limpieza para poder garantizar todas las medidas previstas por el plan de contingencia de Educación». Sin embargo, lamentó que la actual negociación de los cupos de profesores ya revela que «ese demandado aumento de profesorado para el próximo curso no se va a producir».

Además, antes del comienzo del curso debería concretarse más el plan de digitalización que prepara la consejería, puesto que si surgiera un rebrote «es de esperar que cierren algunos colegios». Para el próximo curso, señaló la presidenta de la asociación de directores de institutos de Aragón, «deberían dotar de recursos a los docentes, que desde el mes de marzo han puesto sus propios dispositivos y medios tecnológicos para sacar adelante la situación de emergencia, pero en septiembre tendría que haber más previsión». E insistió en que, entre los alumnos, «urge superar la brecha digital».

Organizar los circuitos en el centro, el transporte o los accesos también quita el sueño a la comunidad educativa en la vuelta al cole más atípica de las últimas décadas.

Varios centros denuncian la situación con cartas públicas al consejero

Varios institutos de distintas localidades aragonesas han hecho público su malestar con las decisiones tomadas por el departamento de Educación con respecto al nuevo curso escolar 2020-2021. Es el caso del IES Benjamín Jarnés (Fuentes de Ebro), y los IES Tiempos Modernos, Jerónimo Zurita o Pablo Gargallo de Zaragoza, entre otros. En el Benjamín Jarnés, una carta firmada por todo el claustro, reivindican, entre otras cuestiones, la ayuda técnica de los responsables de riesgos laborales y tic del Gobierno de Aragón para poder elaborar el plan de contingencia. En el Tiempos Modernos exigen una bajada de ratios y la contratación de más profesorado y habilitar «nuevos espacios en unos centros que ya llevan años saturados». En el caso del Pablo Gargallo, su director presentó su dimisión por su desacuerdo con el cupo de profesorado asignado al centro.