¿Existe miedo en la comarca del Jiloca a que se extienda el virus que se ha detectado en la residencia de Burbáguena?

Hasta ahora habíamos sido afortunados, pues desde el principio de la pandemia en todo el Jiloca solo se habían detectado casos aislados. Sin embargo, en este momento vemos mucho más de cerca el problema. La residencia afectada en Burbáguena tiene muchos trabajadores y están repartidos por toda la comarca. Nos da la sensación de que ahora se ha diseminado. Estos primeros días han sido de mucho caos y nerviosismo. Es lo que ha pasado cuando se detectaban casos en los diferentes pueblos... un ejemplo claro es el de Fuentes Claras, con la responsable del supermercado afectada. Realmente lo que estamos haciendo es rastrear todo lo posible. Por eso tenemos que ser optimistas para que las medidas de Salud Pública ayuden a controlar el brote.

Las versiones de lo sucedido en Burbáguena son muy contrapuestas...

No tengo una versión oficial ni del Gobierno de Aragón ni de los gestores de la residencia, los hermanos de la Cruz Blanca. Lo único que sabemos es que a partir del lunes salieron los contagios a la opinión pública. En el pueblo la queja que tienen es que no se les haya avisado. El miedo existe y es libre. Que haya saltado al Congreso a través de conocer a alguien que trabaja ahí [en referencia a la comparecencia de Ana Oramas de Coalición Canaria] no sé si ha sido bueno para la propia gestión sanitaria del foco. Habrá que esperar para saber qué pasa.

¿Qué es lo más urgente en el centro?

La Cruz Blanca nos ha pedido un listado de gente que esté dispuesta a trabajar en la limpieza en la residencia. Necesitan personal extra porque gran parte de la plantilla está de baja. Se tienen que reforzar las limpiezas. Desde Servicios Sociales se les han facilitado las referencias de usuarios en una situación precaria que necesiten trabajar y que puedan cumplir los requisitos. En otra residencia de Huesca ya se había gestionado así. La bolsa de empleo de la comarca no ofrece respuesta porque cuesta encontrar trabajadores. El trabajo no va a ser en contacto con los usuarios y se proporcionará los equipos de protección individual necesarios.

¿Está satisfecha con la coordinación entre administraciones?

Es algo muy complicado. En este caso parece que la propia residencia se dirigió primero al Congreso que al Gobierno de Aragón. Eso sería un error de base. Considero que todos tenemos que tener claro cuál es la administración más cercana. Las comarcas hemos ejercido en este tiempo como interlocutores gracias a videoconferencias semanales. Hemos sido los encargados de manifestar los problemas que encontraban los alcaldes durante las cuarentenas.

¿Ha faltado información?

Cada zona tiene su idiosincrasia, su propia estructura y sus necesidades. Todos tenemos que ser conscientes de a dónde nos tenemos que dirigir. Si todos ponemos voluntad lo podemos conseguir. No puede ser que los abuelos paguen con su salud por una descoordinación.

¿La comarca del Jiloca ofrece espacios para los asintomáticos como en las zonas que se encuentran en la fase 2 flexibilizada?

De momento no nos han pedido nada al respecto. Nosotros seguimos en la nueva normalidad. Tenemos algo de miedo sobre cómo será la evolución, sobre todo por el brote de Burbáguena. Aunque si se controla a lo largo de esta semana nos mantendremos en la misma fase. La gente que ha podido estar en contacto con un positivo se aísla en su casa. En la época de cuarentena el Gobierno de Aragón ya preparó un listado de recursos ofrecidos por particulares por si era necesario. La situación aquí no es equiparable a las zonas con temporeros.

¿Proliferan las reuniones no controladas? Agosto puede ser complicado sin fiestas en los pueblos...

A veces es difícil transmitir a los jóvenes la responsabilidad que tienen ahora mismo. Es cierto que se producen reuniones en todos los pueblos. Pero si se juntan con los amigos tienen que hacerlo en grupos pequeños. Este mismo fin de semana deberían estar siendo las fiestas en mi pueblo, Villafranca, se va a juntar en cocheras, peñas o casas privadas. Regular este tipo de comportamientos es muy complicado para los alcaldes.

¿La comarca está trabajando en algún tipo de plan para la recuperación de la economía?

Tenemos presupuestadas medidas para los autónomos que mantienen servicios básicos en los municipios. Las bases están aprobadas. Son importantes para los municipios pequeños, pues son los que más les cuesta subsistir. Sin embargo, estamos pendientes de que el Gobierno de Aragón nos apruebe las competencias impropias, pues no tenemos autoridad en temas de economía. De otras partidas que no se han ejecutado se podría disponer de un suplemento. Esta comarca tiene una estructura de población con localidades muy pequeñas, quitando Monreal y Calamocha todos están por debajo de los 1.000 habitantes. Los servicios de tiendas o panaderías en este tipo de pueblos pequeños se han visto más necesarios que nunca. Así se evitan desplazamientos. Tenemos que seguir diciéndole a la gente que estos servicios hay que valorarlos.

¿La situación concreta en Villafranca cómo ha sido?

La gente al final está asustada. La población está envejecida, tenemos mucha gente mayor. Y son ellos los que ven en las noticias que les afecta de forma directa. Lo cierto es que han tomado muchas precauciones. Nosotros, por lo que se sabe, no hemos tenido ningún caso. Los vecinos que se han infectado estaban fuera y mantuvieron la distancia. Sin embargo sabemos que acabará llegando. Esto solo ha sido un golpe de suerte.En cualquier momento puede cambiar la situación, por eso no se puede bajar la guardia. Espero que los vecinos sigan siendo prudentes.