Zaragoza empieza poco a poco a coger aire, pero sigue respirando con dificultad. La entrada desde este lunes en la fase 2 de la desescalada ha permitido abrir a los centros comerciales y ha hecho que más bares y restaurantes (aún no muchos) se decidan a subir la persiana. Son avances considerables, pero más allá de esto, y de la eliminación de las franjas horarias para los menores de 70 años, pocas novedades ha arrojado el nuevo escenario a efectos prácticos. Las calles del centro de la ciudad seguían este lunes a medio gas, aunque bien es cierto que la lluvia que ha caído durante buena parte de la mañana no ha ayudado en nada. De hecho, los hosteleros y comerciantes confían en que el ambiente en las calles comenzará a mejorar a lo largo de toda esta semana. Así, la capital del Ebro empezará a recuperar sus constantes vitales, aunque todavía queda mucho para que Zaragoza vuelva a ser Zaragoza.

Las asociaciones del sector estiman que tan solo el 30% de los bares y cafeterías de la ciudad están abiertas, un porcentaje que se eleva hasta el 40% en el caso de los restaurantes. El comercio se ha reactivado con más fuerza y la federación Ecos calcula que ya están operativos el 80% de los negocios, aunque la gran mayoría funciona al ralentí."La pasada semana se empezó a notar más afluencia de gente, pero queda muchísimo para volver a lo de antes", ha indicado una dependienta del Frutos Secos El Rincón de la plaza España. Sin duda, una de las grandes novedades de este lunes ha sido la apertura de los centros comerciales. Sin embargo, y debido quizá a la lluvia, el número de clientes no era excesivo a última hora de la mañana ni en El Corte Inglés de Independencia ni en Grancasa. "He venido a recoger una chaqueta que había encargado antes de la pandemia y como está lloviendo me he quedado un rato más, pero tampoco hay mucha gente y bastantes tiendas siguen cerradas", ha comentado en Grancasa Alexander Travez, un joven de 24 años. Ya por la tarde, la afluencia de clientes estaba siendo mayor en todas las grandes superficies de la ciudad.

Por supuesto, la situación actual dista mucho de la de hace solo un mes, cuando el coronavirus golpeaba con toda su fuerza y los zaragozanos solo salían de casa para comprar comida o para trabajar. Pero la imagen en las calles cambiará aún más cuando por ejemplo la mayoría de los bares estén abiertos. Y eso que este lunes algunos más se han animado a subir la persiana aprovechando que ya podían atender clientes en el interior de los establecimientos. Es el caso del bar El Circo, en la calle Jerónimo Blancas. "Como no tenemos terraza no podíamos abrir, pero hoy ya nos hemos decidido porque en algún momento hay que reanudar la marcha", ha asegurado Eugenio Enciso, responsable de este clásico bar de tapas del centro de Zaragoza. Por el momento, han abierto con el 40% de la plantilla, esperando a ver cómo responde la clientela.

"Yo confío en que en un mes y medio se nos haya olvidado todo esto del coronavirus, pero ahora mismo a pocos negocios les sale a cuenta abrir y muchos se esperarán a la tercera fase e incluso al 1 de julio", ha asegurado el presidente de la asociación de cafés y bares de Zaragoza y provincia, José María Marteles, que ha vuelto a pedir la eliminación de las restricciones de aforo (ahora está limitado al 50%). "Con cumplir las distancias de seguridad ya debería ser suficiente", ha insistido.

De todas formas, se nota que los zaragozanos tienen ganas de volver a las terrazas y cafeterías, porque a pesar de la lluvia muchos veladores cubiertos estaban llenos este lunes. «Hemos quedado unas amigas que no nos veíamos desde antes del confinamiento; una pena el mal tiempo», reconocía Pilar mientras apuraba su café en una terraza de la plaza España.

Los hosteleros esperan que suceda lo mismo con los restaurantes. Todavía no están abiertos ni la mitad, aunque este lunes alguno más ha subido la persiana, sobre todo los que están en polígonos o dan de comer a trabajadores. «La verdad que no me quejo; estamos abiertos desde el día 11 y las terrazas siempre las hemos tenido llenas para comer y las reservas para estos días van bien», ha apuntado el responsable de La Lobera de Martín, en la plaza España.

El día en el que se volvían a abrir los cines y los teatros no ha sido especialmente bueno para el pequeño comercio debido a la lluvia. «Hay mucha incertidumbre; invertimos mucho en la colección de verano y ahora para dar salida a todo ese estoc ya hemos tenido que empezar con las rebajas», ha lamentado el responsable de Serrano, una tienda de moda de señora de la calle Don Jaime.

Con todo, desde la federación Ecos se muestran algo más optimistas. «Dentro de los malo atisbamos cierta mejoría, aunque aún es pronto para saberlo», ha concluido su presidente, José Antonio Pueyo.