Los contagios por coronavirus están desbocados y para hacerles frente España cuenta con una propuesta de toque de queda atascada en las dudas jurídicas y un plan de alertas que, 24 horas después de ser aprobado, la Comunidad de Madrid se ha saltado a la torera. Ante este panorama, cada vez son más las autonomías que reclaman al Gobierno central que tome las riendas con la declaración de un estado de alarma en toda o buena parte de España y la Moncloa, como confirmaron fuentes del Ejecutivo prepara la convocatoria de un Consejo de Ministros extraordinario para este domingo 25, para aprobarlo. Los apoyos del Congreso ya los tiene, después de que en una iniciativa inédita, el lendakari, Iñigo Urkullu, se haya puesto a la cabeza de la manifestación junto a la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas.

A ambos dirigentes se les ha ido sumando a lo largo de la tarde los presidentes de Asturias, Melilla, Extremadura y la Rioja. La Comunidad Valenciana y Castilla y León ya se expresaron con suficiente claridad el día antes al reclamar un paraguas jurídico para su toque de queda, que de todos modos han decidido implantar. Capítulo a parte merecen Cataluña y Madrid. La primera ha pedido el estado de alarma para sí al margen de que se declare en el resto del estado. La segunda, tras ser la que lanzó la iniciativa del toque de queda, ha aplicado un sucedáneo descafeinado.

Situación "grave" sin medidas acordes

La espoleta la ha lanzado, quizás involuntariamente, Pedro Sánchez, con una una declaración institucional en la que ha calificado de "grave" la situación y ha advertido que nos esperan "semanas y meses duros, muy duros", pero en la que no ha apuntado una sola medida contundente. "Urkullu le ha llamado por teléfono y a otros presidentes autonómicos porque ha visto que había que hacer algo y tirar del resto", han indicado fuentes del Ejecutivo vasco. Al dirigente nacionalista los tribunales le acababan de tumbar la limitación de reuniones a seis personas.

Sánchez se ha fijado el ambicioso objetivo de bajar la tasa de incidencia de los 370 casos por 100.000 habitantes actual a 25. Un objetivo imposible de alcanzar sin medidas más drásticas. España superó ese nivel de contagios en la lejana fecha del 27 de julio.

Al margen de pedir "disciplina social" y apelar a responsabilidad de población, el presidente del Gobierno, ha vuelto a contar como funcionará el nuevo ‘semáforo’ aprobado por el Consejo Interterritorial del jueves. A cada nivel de alerta le corresponden unas restricciones, pero la decisión última queda en manos de las comunidades autónomas. Del toque de queda, ni palabra, aunque sea la medida que ahora centra el debate público. Del estado de alarma ha dicho una vez más que las comunidades pueden pedirlo para ellas si lo consideran necesario.

Evitar el confinamiento total

Entre líneas Sanchez ha deslizado una advertencia: si no hacemos lo suficiente, los ciudadanos, las administraciones y los partidos, podemos vernos abocados a un nuevo confinamiento total. Fuentes cercanas al líder socialista indicaron que éste no quiere pasar por el calvario de junio, cuando la falta de apoyos le obligó a acelerar la desescalada. El presidente aspira a contar con el apoyo del PP, que insiste en que no es necesario el estado de alarma porque bastaría con desplegar una nueva ley de Salud Pública, aunque ya no haya tiempo para ello.

Pero los votos del PP no son necesarios. Los últimos en retirar el apoyo a la alarma fueron Ciudadanos y el PNV. Con ellos se mantuvo vigente los últimos 15 antes de que decayera en junio y ahora podrían volver a ser su sostén.

La llamada de Arrimadas

Inés Arrimadas ha sido la primera en llamar a Sánchez por la mañana para ofrecerle su apoyo y reclamarle que adopte medidas contundentes para tomar el control de la pandemia. "Basta ya. Queremos que el Gobierno tome el control. Que asuma su responsabilidad y no se lave las manos. He pedido a Sánchez que decrete si es necesario el estado de alarma para tomar medidas contundentes que eviten un segundo confinamiento", ha reclamado.

Urkullu ha recalcado que serán las autonomías las que asuman el mando y la gestión de la nueva situación y que, por lo tanto, tendrán la competencia para aprobar medidas restrictivas en coordinación con la Moncloa. De hecho, así lo dejó claro el Gobierno de España cuando abrió esa posibilidad a las autonomías. "Hay presidentes de otras autonomías que también están dispuestos" a reclamar el estado de alarma, ha destacado el lehendakari sin citar nombres, que luego han dado un paso adelante.

El caso de Madrid es capítulo a parte. Ayuso aplicará un falso toque de queda nocturno. Se impedirá solo que estén en las calles y en las casas los no convivientes pero se podrá salir sin ningún problema. El consejero de Sanidad de Ayuso, Enrique Ruiz Escudero, lo llamó "restricción de actividad", pero se mostró dispuesto a adoptar el toque de queda real si el Gobierno lo decide así. ¿Con estado de alarma? No, eso nunca.

Para el resto del día, Madrid ha alargado la actividad de los restaurantes y bares de las 23 a las 24 horas y ha limitado la restricciones de movilidad a las 32 zonas sanitarias que sobrepasan la incidencia de 500, cuando el plan de alertas fija el momento de actuar cuando se sobrepasan los 250.

Más de mil contagios en un día

El objetivo de Urkullu con el estado de alarma es disponer de la capacidad legal para aprobar medidas y poder así "actuar con la mayor celeridad y diligencia posible para intentar preservar la salud de toda la ciudadanía, limitar la transmisión comunitaria del coronavirus y la saturación de las camas hospitalarias». Euskadi ha vivido en las últimas 24 horas un récord de contagios: 1.033. En los hospitales vascos hay ingresados 401 pacientes ingresados por covid-19, enfermedad que acapara el 27,5% de las camas de las UCI. Todavía no está en riesgo el sistema hospitalario, pero con el estado de alarma, según Urkullu, se podría "responder de manera más efectiva a la pandemia".

Mientras, otras regiones están apostando por restringir la movilidad, especialmente la nocturna, con el toque de queda. Es el camino que han seguido Castilla y León, Comunidad Valenciana y Andalucía (solo para la ciudad con más casos: Granada). Otra cosa es que los jueces respalden la decisión política de estas comunidades. Con la declaración del estado alarma esté nubarrón quedría despejado.

En Navarra, por ejemplo, los magistrados sí que han avalado el cierre perimetral de la comunidad foral, a excepción de la frontera con Francia al tratarse de un paso internacional. Lo mismo ha hecho La Rioja y Aragón en sus tres capitales.

El paso adelante dado por Urkullu, precisamente, corresponde a la negativa que le han dado los magistrados a la hora de avalar las medidas restrictivas aprobadas por su Gabinete. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco no admitió la prohibición de los encuentros sociales con más de seis personas tanto en espacios públicos como privados al tratarse de un "derecho fundamental". La falta de base legal para aplicar una medida que la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, veía "más necesaria más que nunca", hizo que el lendakari solicite formalmente el estado de alarma a Sánchez.

Euskadi aprobó el jueves un paquete de medidas, que incluye limitar a la mitad el aforo en todas las actividades, también en las culturales y en bares y restaurantes, obligados a echar el cierre a medianoche en lugar de a la una de la madrugada. Las discotecas permanecen también cerradas y los botellones, prohibidos. En los 25 municipios donde el virus está más desbocado, la persiana se echará a las 21.00 horas. En esas localidades con alerta roja, a los vecinos se les pide (no es una obligación, sino una petición) que no salgan ni entren a no ser que se deba a una causa de fuerza mayor. También se suspende la actividad deportiva en grupo (solo se puede practicar en solitario) y se prohíbe vender alcohol a partir de las nueve de la noche.