1 - Real Madrid: Iker Casillas; Salgado, Pavón, Raúl Bravo, Roberto Carlos; Beckham, Cambiasso (Núñez, m.87); Juanfran (Figo, m.58), Zidane, Solari (Guti, m.58); y Portillo.1 - Zaragoza: Láinez; Cuartero, Milito, Rebosio, Toledo (David Pirri, m.66); Galletti, Ponzio, Movilla, Cani (Drulic, m.60); Dani (Savio, m.46) y Villa.Goles: 1-0, M.28: Portillo. 1-1, M.32: Toledo.Arbitro: Evaristo Puentes Leira (Comité Gallego). Amonestó a Ponzio (m.81), Cambiasso (m.83), Láinez (m.92) y Galletti (m.94).Incidencias: Partido disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 70.135 espectadores. Recaudación de 456.265 euros. Los jugadores de ambos equipos sacaron una pancarta blanca con un lazo negro. Se guardó un emotivo minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados del jueves, roto por algunos gritos desgarradores de algunos aficionados aislados, y espectacular ovación al finalizar. Los futbolistas portaron brazaletes negros.El Zaragoza 'perdonó' una oportunidad de oro para acabar con el fortín del Santiago Bernabéu, donde no ha ganado nadie en Liga esta campaña, y el ensayo de la final de la Copa del Rey del miércoles se zanjó con unas tablas 'diplomáticas', en un encuentro marcado por el dolor por las víctimas de los atentados del pasado jueves en Madrid.El equipo aragonés se convirtió, tras el Valencia, en el único equipo que ha puntuado en el campo madridista, y aunque pudo llevarse la victoria el punto es bueno en su lucha por la supervivencia y muy escaso para un conjunto blanco que empieza a desaprovechar la ventaja que tenía al frente de la tabla.El técnico Carlos Queiroz sorprendió a propios y extraños con el once titular que dispuso. No sólo se quedo fuera Raúl por sus problemas en el tobillo -tampoco estuvo en el banquillo-, sino que además, a la vista de la final del miércoles, gozaron de descanso de salida otros titulares como Iván Helguera, Luis Figo y Guti, al margen de la consabida baja por lesión de Ronaldo, quien se ha ido a Brasil hasta el martes y lo tiene más que complicado para estar en Montjuic.Así, Pavón, Cambiasso, Juanfran y Portillo encontraron su sitio en el equipo blanco en el día quizá menos indicado para jugar al fútbol, con las mentes y los corazones aún resquebrajados por los atentados del jueves.En cambio, Víctor Muñoz sí que optó por prácticamente el once de gala ante la necesidad de los puntos en su lucha por mantener la categoría.Era imposible que el dolor por las víctimas dejara paso en tan pocas horas a un espectáculo deportivo. Desde los prolegómenos, en los graderíos y en el terreno se dejó notar. Salvo momentos puntuales fue un partido marcado por la tragedia.Se hacía difícil jugar y hasta mirar al campo sin que la cabeza estuviera en las estaciones de Atocha, de Santa Eugenia y de El Pozo.Incluso la cercanía de la próxima final copera que disputarán el miércoles ambos equipos pudo perjudicar al encuentro, que discurrió en un insulso intercambio de posesiones, conducido al ralentí, con parsimonia y hasta con un luto riguroso.Los futbolistas pusieron el empeño que sus piernas y sus corazones les permitieron. Público y protagonistas querían pero a duras penas podían. Tras un mazazo de esas dimensiones por momentos el silencio era sepulcral, hasta se escuchaba el golpeo del balón.Tan solo algunos pitos al ex atlético Movilla y diversos aplausos en las pocas acciones de mérito parecieron devolver al Bernabéu a su perfil habitual. Hasta el gol de Portillo, su primer tanto liguero de la campaña, tras un gran centro de otro canterano como Juanfran, fue recibido con cierta frialdad.El 1-0 había llegado después de 28 lánguidos minutos, en la primera acción con sentido de los blancos y tras un error clamoroso de la zaga zaragocista al intentar hacer el fuera de juego. Pero para no ser menos el Real Madrid, en un córner, colaboró con otra laguna de gran magnitud a la causa aragonesa y permitió que el paraguayo Toledo, de cabeza, devolviera las tablas al marcador muy poco después (m.32).El Zaragoza volvía a un partido en el que apenas había aportado cierto orden atrás, intento del manejo del balón con Movilla y pelea sin fruto de Villa y Dani, y el Real Madrid tenía que volver a remar para sacar el partido adelante.Raúl Bravo y Roberto Carlos rozaron el segundo tanto madridista antes del descanso, pero sus disparos se marcharon fuera y, a la vista de que la situación no cambiaba tras el intermedio, Queiroz no tardó en recurrir a Figo y Guti en lugar de un buen Juanfran y de un fatigado Solari.Víctor también movió ficha con Savio y Drulic, el encuentro ganó algo en intensidad y la 'opera' del coliseo de la Castellana comenzó a vivir el partido sobre todo cuando Casillas salvó un mano a mano con Galletti cuando el argentino tenía todo a su favor (m.64). Era lo que necesitaba el público del Bernabéu, una acción heroica, un gesto de casta.Movilla condujo bien a sus peones, el Zaragoza controló con solvencia ante un Real Madrid partido en dos mitades, pero que con su calidad volvió a gozar de una clamorosa ocasión tras una escapada de Figo que Guti, en esta oportunidad mediapunta, envió alto en inmejorable situación.Apretó más el cuadro de Queiroz a partir de ese momento ante un oponente que, comandado por el argentino Milito, trabajo bien atrás y buscó las salidas rápidas a la contra en las que tuvo opciones para sorprender, pero hasta tuvo mala suerte en un disparo de Drulic que tras superar a Casillas se estrelló en el palo derecho de la meta madridista.El 'arreón' de coraje de los madridistas se quedó en eso, en el clásico 'quiero y no puedo', sin sentido, con mucho juego por el centro, que facilitó la labor de contención de un Zaragoza al que se le escaparon dos puntos por las grandes ocasiones de las que gozó, pero que avisó de lo que es capaz de hacer en Montjuic.