Nada ni nadie pueden frenar las pruebas populares de asfalto, que tienen cada día más apasionados. La última muestra se produjo ayer de buena mañana en Zaragoza. La quinta edición de la Carrera Popular 10K del Roscón contó con 1.300 participantes. Tienen tanta afición por el esfuerzo de largo aliento que para los corredores no fue obstáculo el día frío y lluvioso en el que se desarrolló la carrera en la festividad de la capital aragonesa. Tampoco supone un freno para ellos el elevado precio de la inscripción, 15 euros por participar.

Lo importante para todas estas personas de mediana edad era pasar una divertida mañana de San Valero con sus amigos y con su familia. Les esperaban diez atractivos kilómetros por el Parque del Agua y las zonas aledañas. Y después del duro esfuerzo vino la recompensa de los regalos. Tras llegar a meta se les regalaba un roscón y después llegaba la chocolatada y la preciada camiseta conmemorativa. Más no se puede pedir.

Ahora todos aprovechan la coyuntura y se apuntan a organizar carreras populares de distancias variadas. Os Andarines d'Aragón, famoso por impulsar las caminatas que realiza para el calendario de la Federación Aragonesa de Montañismo, también se ha montado en la ola de una especialidad que se ha puesto de moda de manera decidida. En la línea se salida, ubicada al pie de la Torre del Agua, animaba la mañana Roberto Iglesias, apasionado de las andadas y hombre vinculado toda su vida a la Cicloturista Quebrantahuesos.

POR LA EXPO Pasadas las once de la mañana Iglesias dio la salida al primer participante. Era un clásico de las populares zaragozanas. Joaquín Pacheco, que partió en olor de multitudes con su sillita de ruedas. Dos minutos más parte partía la marabunta humana. El alma eran los corredores que participan por afición y para los cuales terminar la Carrera del Roscón es un gran éxito y una meta deseada. Pero también compitieron atletas de buen nivel aragonés.

En cabeza lucharon por el primer puesto, que no tenía premio económico, varios clásicos de fondo zaragozano. Se fueron en cabeza cuatro veteranos de oro. Eran José Antonio Casajús, José Antonio Muro, José Luis Arenas y Joaquín Salvador. A dos kilómetros del final se quedaron solos Muro y Casajús y este dio el tirón definitivo a 200 metros de la meta. En chicas hubo una buena participación de atletas populares y destacó el sencillo triunfo de Amaya Monge. La atleta del Stadium Casablanca ha mejorado su nivel desde que tuvo un niño. Antes pertenecía a la clase media del fondo aragonés y ahora ya ha ganado varias carreras, destacando el Medio Maratón de Huesca. Tras Monge llegaron a la meta Xandra Méndez y Mónica Martínez.

También se dejaron ver atletas de buen nivel que fueron simplemente para fundirse con el ambiente popular y participar del ambiente festivo. María José Poves se entrenó realizando 10 kilómetros en marcha, Álvaro Lombardo llevó a un grupo de iniciados en la carrera a pie y el júnior Carlos Mayo, por ejemplo, corrió con la silla reivindicativa de Entreculturas.