El tiempo dirá cuánto ha acertado y en qué Martín González al confeccionar la plantilla que debe devolver al Real Zaragoza a Primera División. El director deportivo, que aterrizó en La Romareda el penúltimo día de julio, ha completado en un mes casi un milagro. Se verán los defectos con el paso del fútbol, pero el primer vistazo deja un regusto dulce, sobre todo tras comprobar que Víctor Muñoz ya ha sido capaz de empezar a crear una base sólida y que la actitud de los futbolistas es estupenda. El sistema defensivo, pese a tener a un buen puñado de recién llegados, ya funciona. Queda el resto por armar, pero seguro que habrá sorpresas en el producto final, para bien y para mal. En el contrapeso de esa balanza de rendimiento estará el éxito o el fracaso global.

Cuando Martín González dijo el 30 de julio aquello de "me llaman los amigos y me dicen que estoy loco", cualquier zaragocista de bien podía estar de acuerdo con ellos, bien conscientes de que la tarea que tenía por delante era colosal. Hay que tener en cuenta que, en ese momento, ni siquiera el secretario técnico era consciente de que al club había llegado el 21 de julio una circular que limitaba el número de fichas para el primer equipo, lo que ha entorpecido aún más el trabajo. Esa cifra que se convirtió en absoluta coincidía con el número de fichajes que pensaba realizar el club. No ha podido ser, pero se ha acercado.

Polémica en el arco

En la portería es donde más revuelo parece que hay (3 porteros). Es más un ciberjaleo que otra cosa, porque dentro tienen las cosas claras. Les ha faltado, eso sí, traer al guardameta veterano que pretendían. La apuesta fue Toño, el cancerbero del Elche, que les traicionó sin dudarlo cuando apareció el Rayo de Jémez. Cuando el brasileño Julio César dio media vuelta también, el club se encontró a dos días del cierre de mercado sin un competidor para Whalley, claro ya como estaba que el entrenador no iba a contar con Alcolea. Habrá que esperar a ver qué decide Víctor Muñoz , pero Bono, anunciado oficialmente ayer, tiene aspecto de convertirse en el portero del Zaragoza esta temporada.

La defensa parece la línea mejor armada (7 hombres), aunque faltaría un sustituto en el lateral izquierdo para Diego Rico. Cuando falte el burgalés, Víctor tendrá que adaptar a alguno de los centrales, o bien tirar de Nieto, el futbolista del filial que ha dejado una buena sensación durante la pretemporada. Al otro lado, el mejorado José Fernández tiene un lugar seguro, con el veterano Diogo a la espera de su oportunidad. El centro de la zaga es completamente nuevo. Mario tiene el lugar seguro y Cabrera parecía destinado a ser el central zurdo, pero la irrupción de Vallejo abre un abanico que completa Rubén. Todos serán necesarios, sin duda, en una temporada tan larga y una plantilla más corta de lo deseado.

En el centro del campo (siete futbolistas), Dorca y Ruiz de Galarreta están llamados a dominar el fútbol del equipo. El catalán sería más un medio decontención, aunque el sábado dejó un amplio repertorio, con balón y sin balón, lo que habla de un volante mixto. Mejor dicho, de un centrocampista de toda la vida. Le gustó a Víctor y encantó a muchos en La Romareda. También cayó de pie el jugador cedido por el Athletic, de cuyo cerebro se espera que salga el fútbol de talento. A la espera quedarán el suizo Basha, un jugador de contención que ya anunció en su presentación que jugaba cerca de los centrales, y el canterano Tierno, jugador sensato y de criterio con el balón.

Las bandas, de momento, se las han adjudicado Javi Álamo y Pedro, con Jaime Romero y Eldin como interesantes revulsivos para acercar el fútbol hasta la delantera (cinco hombres contando con el juvenil Muñoz), en la que parten Borja Bastón y Willian José, encargados de la principal responsabilidad: nutrir al equipo de goles.