Veinte puntos de 45 disputados, con el mismo número de victorias, derrotas y empates, cinco. Esa es la aterradora estadística casera del Zaragoza, impropia de un candidato al ascenso. El equipo de Paco Herrera está dilapidando sus opciones de regresar a la élite por muchos factores, pero sobre todo por su nula capacidad de ganar ante su gente. De hecho, ahora acumula cuatro partidos consecutivos en La Romareda, las derrotas ante Castilla y Barça B y los empates ante Hércules y Mallorca, sin ganar. La última victoria en el Municipal fue el pasado 14 de enero frente al Alcorcón. El caso es que solo el Alcorcón (15), el Girona (17) y el Alavés (19) llevan peores números caseros que los zaragocistas y esos tres equipos ocupan ahora plaza de descenso a Segunda B. No lo hace el Zaragoza porque sus números a domicilio tienen algo más de consistencia, no demasiada pero sí la suficiente para, en esta Liga tan igualada, mantener cinco puntos de renta con el descenso. Al Zaragoza le quedan seis partidos como local, ante Deportivo, Eibar, Jaén, Las Palmas, Sabadell y Sporting, en los que ya no puede fallar más si quiere al menos engancharse al tren de la promoción de ascenso a Primera División.