El zaragocismo no entiende de edades, sexos o lugares de procedencia. Es una pasión pura. Decía Eduardo Galeano que se puede cambiar de pareja, de partido político o de religión, pero nunca de partido de fútbol. María Concepción Arruga y María del Carmen Gonzalvo llevan siete décadas siendo abonadas del Real Zaragoza y ayer fueron homenajeadas por su peña, la de Los Magníficos. 70 años de puro amor por el club blanquiazul.

Conchita es la socia número 19 y tiene 88 años. Es decir, que es abonada al club desde los 18. De hecho su familia todavía guarda la tarjeta con su foto que le daba derecho a entrar en el campo de Torrero. Todo comenzó como una anécdota, pero acabó enganchada al Real Zaragoza.

«Un día le dije a mi padre, el que iba a todos los sitios y con el que congeniaba mucho, que si me hacía socia del Zaragoza. Y lo hizo rápidamente. Por aquel entonces se fumaban farias y cigarrillos y yo le daba un caramelo cada vez que veía que se metía la mano al bolsillo para fumarse uno», relata. Así comenzó, pero después no pudo parar de seguir al equipo.

Confiesa que «el deporte me gusta mucho», todos en general, y que siempre que puede «los veo todos en el sillón de mi casa». Siempre que puede sigue el fútbol, pero hay una cita con la que nunca falla: «Del Real Zaragoza no me pierdo ningún partido. Ni con hielo, ni con agua, ni con calor. Con mi padre iba a todos los partidos», cuenta.

Todavía mantiene su localidad, porque además así se lo pidió su marido, que ya falleció. «Me dijo que no me diera de baja mientras pudiera». Le hizo caso y sigue siendo abonada; aunque desde hace dos años, cuando comenzó a estar delicado su marido, no va al fútbol a La Romareda.

Parecido es el caso de María del Carmen, que a sus 82 años es la socia número 40 del Zaragoza. También le pidió a su padre acudir al fútbol. Ella iba con una hermana (eran seis en la familia) a la que no le gustaba «y jugaba con las piedras», pero poco a poco «fui conociendo a los jugadores y enterándome de todo en el campo de Torrero. Y mire... he visto a los Magníficos, los Zaraguayos, las Copas y la Recopa», afirma.

Precisamente el título de París, igual que es el más especial para una gran mayoría de seguidores blanquillos, también lo es para María del Carmen. Y todo ello contando que ha vivido y sentido épocas gloriosas y preciosas de un Real Zaragoza acostumbrado a vivir entre los más grandes. «Me quedo con la Recopa. En aquellos años iba con mi hermano y mis hijos al fútbol y era especial, aunque la final la vi por la televisión», explica.

Sobre su sentimiento por el equipo aragonés es muy clara y sincera: «El Zaragoza es el Zaragoza y si pierde me disgusto mucho. Se me nota mucho cuando gana o cuando pierde», cuenta. Como anécdota, recuerda con mucho cariño las semifinales de la Recopa ante el Chelsea. El equipo aragonés ganó 3-0 con una exhibición colectiva y prácticamente se aseguró la presencia en París. «Aquella noche íbamos por la calle tan contentos que los barrenderos nos preguntaban cómo había quedado el Zaragoza. Yo les dije: ‘¿No se nos nota’?». Comenzó la pasión hace 70 años y así será para siempre.