El martes próximo Montañeros de Aragón de Zaragoza cumple su 75 aniversario. Ha corrido mucha agua por el Ebro desde que el 11 de mayo de 1929, Lorenzo Almarza, que provenía de una familia acomodada de la capital aragonesa, fuera elegido primer presidente de la entidad.

EL PERIODICO DE ARAGON reunió a varios mitos vivientes del club. La cita se llevó a cabo hace ocho días en el El Pascualillo , uno de los restaurantes con más sabor de la Zaragoza antigua.

Nuestros cinco personajes son el compendio de lo que fue, es y será esta institución deportiva. Angel López Cintero y Jorge Ballabriga son el ayer y el hoy de la escalada deportiva. Manuel Ansón, que siempre será recordado por la tragedia del K-2 del año 95 y es uno de los mejores en las grandes paredes de hielo y nieve. Pepe Díaz es, con 75 años, el totem de Montañeros y protagonizó la transición de la escalada deportiva, el montañismo y el himalayismo. Por fin, Carlos Pauner, el mejor ochomilista aragonés del momento.

Carlos Pauner: Lo que nos une es que somos escaladores de roca.

Pepe Díaz: Del mismo tronco fuimos derivando unos a la escalada de grandes paredes, otros al alpinismo en Andes y Alpes y al ochomilismo . Pero Riglos es la madre de todos.

Jorge Ballabriga: El ambiente, el patio y la roca es lo que caracteriza a Riglos. Son vías muy aéreas. No hay paredes en el mundo con tanta sensación de vacío.

Angel López: Ahora, en la escalada deportiva, se hace mucho grado y poca altura y longitud. Conozco a gente de la deportiva que tiene miedo de las largas tiradas de Riglos.

Ballabriga: Riglos es la concepción clásica de la escalada y lo que prima es la máxima dificultad posible. Es una concepción más romántica y clásica. Afrontar una pared, subir y llegar a la cima.

López: La escalada deportiva la veo formativa, pero para mí no es un fin. Veo que hay gente que se estanca con la deportiva.

Ansón: Díaz llevó sus enseñanzas de Riglos al Himalaya. Algunos que hemos venido detrás lo hemos hecho parecido. Mi reto son paredes a 7.000 metros, por rutas que no hayan hecho españoles.

López: El año 50 se subió el primer ochomil. Fue el Annapurna y el 53 se conquistó el Everest. Eran expediciones casi militares y hacían un asedio a la montaña.

Díaz: El K-2 es difícil, pero el Kangchen lo es mucho más. Este año se celebra el 50 aniversario de la primera conquista y habrá un asedio. Se van a apuntar muchos y morirán montañeros. No me apunto ni loco.

Ansón: Los 14 ochomiles están al final de camino. El montañero más conocido de España es Juanito Oiarzabal porque es el que más ochomiles han subido y no se valoran otras muchisimas actividades tanto o mas importantes que las de Juanito.

Pauner: A veces, en los medios de comunicación no se criban las actividades. Da lo mismo subir el Everest con oxígeno y un sherpa empujándote en el culo, que sin oxígeno y por una pared. Lo que desprestigia es meter en el mismo saco a Araceli Segarra, que no ha hecho nunca nada, con Mikel Zabalza, que se deja la piel en el monte.

López: Se ha perdido en el Himalayismo el espíritu de cordada. No entiendo la escalada en solitario. Para mí, el goce de la escalada es estar con el compañero, compartir sus emociones...La mediotragedia de Carlos en el Kangchen es su soledad.

Ansón: No veo muchas diferencias entre Ortiz, Escartín, Cinto, Ortas, alpinistas de Peña Guara que enlazaron con Pepe Garcés y continuaron con la generación de Pauner. Las expediciones de Peña Guara se vanagloriaban del sentimiento de grupo y de sus expediciones solidarias. En la expedición del K-2 el planteamiento básico era que íbamos a trabajar como un equipo.

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