Toni Abadía no logró la mínima en los 3.000 lisos para los Mundiales que se celebran del 2 al 4 de marzo en Birmingham. Tenía que realizar una marca de 7.52 y al final el atleta del Nike se conformó con 7.54.28. Pero también se puede mirar desde el lado positivo la actuación del atleta zaragozano. Toni, junto a Carlos Mayo y Sergio Cortés, armaron el taco en El Huevo durante el Trofeo Ibercaja Ciudad de Zaragoza. En tiempos en el que están tan en boga las carreras populares, por una tarde regresó el atletismo de siempre, el de verdad. Los aficionados de toda la vida se lo pasaron bomba. La pista volvió a demostrar una gran capacidad de arrastre gracias a los atletas del grupo preparado por José Luis Mareca. El Palacio fue una caldera en cada una de las vueltas de este espectacular tres mil.

Toni Abadía logró una de las cuatro mejores marcas nacionales de la reunión. Las otras tres tuvieron el sello de Cristina Lara, una atleta con planta de fondista, en los 60 lisos con 7.40, Caridad Jerez en los 60 vallas con 8.25 y Raquel Álvarez en el salto de altura con 1,81. El Memorial Carlos Val en los 60 lisos se lo llevó Mario López con un tiempo de 6.76 y también destacaron en la pértiga los triunfos de Pau Tonnesen con 5,42 y Carla Franch con 4,12. También hubo polémica en el Palacio. Los aragoneses salieron a por la plusmarca aragonesa de los 800 lisos de Gerónimo Cuervo. Fueron a por él César Larrosa e Iván Manceñido. A vuelta y media del final Larrosa se retiró en la curva enfadado porque le superaba para tomar la cuerda en primera posición Manceñido. Ganó el atleta de Utebo con 1.52.36.

Fue un mitin de un nivel nacional muy discreto y en el que los niños ofrecieron una bonita tarde con los relevos escolares. Después todos ellos se unieron con sus amigos y su familia y aplaudieron a rabirar desde la grada a los héroes del 3.000. Sergio Cortés estuvo perfecto en su labor como primera liebre. El alcañizano puso a los 15 corredores en fila india. Terminó su labor parándose en el mil en 2.36. Después llegó la hora de Carlos Mayo. Cuando el atleta del Adidas cogió la batuta había cuatro hombres en cabeza. Junto a Mayo, Abadía, Díaz y Sales. El correr de Abadía era fácil y fluido. Mayo terminó su labor en el 2.000 con 5.12. Pero apretó los dientes y aún le hizo 180 metros gratis a Abadía.

A la estrella de la tarde le quedaba lo más duro, cuatro vueltas solo. Fue entonces cuando comenzó a flojear. Su zancada había perdido la chispa. Le dolía la boca del estómago. Al toque de campana Abadía se dio cuenta que había perdido el billete para el Mundial. Se había quedado a cinco segundos de su marca personal en la instalación. Todo un mundo.

Al menos se consoló logrando el Memorial José Manuel Juan Boix y consiguiendo la mejor marca nacional de la temporada. La alegría le duró minutos puesto que Adel Mechaal hizo en Karlsruhe 7.40.14, la sexta mejor marca española de la historia. Abadía se mostraba satisfecho tras su triunfo. «El balances es positivo, el ambiente espectacular y la atmósfera perfecta. Pero no ha sido un día perfecto para mí por las sensaciones que he tenido al final del tres mil. Me ha recordado al dolor de los Juegos de Río. Me hubiera gustado correr un poquito más y no le damos el valor que tienen estas marca preparando el campo a través», afirmaba.

Alabó la labor de Mayo. «Ha sido el memorial del compañerismo. Se merece todo y más como compañero, como atleta y futura estrella». Ahora se libera de la pista cubierta. «El objetivo es el Nacional de cross en Mérida. Los rivales serán Mechaal, Lamdassem y Mayo. Carlos está a un nivel parejo al mío, tiene actitud ganadora y luchará por los metales», decía Abadía, que después cogió el coche para correr hoy el Cross de Valladolid.