Formaban una especie de corrillo en el túnel de vestuarios y apenas se miraban a los ojos. Abatidos, cariacontecidos, algunos con la mirada perdida, seguían preguntándose qué había sucedido en la primera parte para estar ya prácticamente fuera del Mundial. Sí, quedaba el segundo tiempo, pero daba la sensación de que ninguno de ellos creía en el milagro. Porque, visto lo visto en el campo, se trataba de eso, de buscar un milagro. Mientras, Casillas trataba de arengar al grupo, con poca fe, todo hay que decirlo. El capitán era consciente de que había vuelto a fallar en el segundo gol y tampoco estaba para repartir muchos ánimos.

Y es que abatida acabó España la primera parte (2-0) y abatida empezó el segundo tiempo, consciente de que la remontada ante Chile era imposible. El equipo estaba roto físicamente, sin piernas y sin fe en sí mismo. No porque el fútbol no dé segundas oportunidades, sino porque el equipo estaba, literalmente, fundido. Físicamente y mentalmente. Y así era imposible defender la corona mundial ganada en Sudáfrica.

Sin explicaciones

"Es difícil explicar lo que ha sucedido. Pido perdón a la afición, hemos hecho lo posible para hacer disfrutar de nuevo a la gente, pero no ha podido ser y somos los únicos responsables. Felicito a Chile porque ha sido mejor", admitió Casillas que, en medio del hundimiento, reclamó respeto para un equipo que ha conquistado dos Eurocopas y un Mundial, lo nunca visto. Eso ya no se lo quita nadie. ñVamos a quedarnos con las cosas buenas de esta selección. No es el día de culpar o decir que hay que cambiar. No hemos estado bien y solo queda mirar hacia adelante", agregó el capitán.

Todo eran afirmaciones llenas de tristeza. "No hemos sabido mantener el hambre por ganar", asumió Xabi Alonso, cuyos dos partidos en el Mundial han estado a un nivel realmente bajo. "Esto ha sido tan triste como el año en el Barcelona", remató Pedro Rodríguez, el elegido para revolucionar a la selección pero que no consiguió ningún efecto verdadero. El canario, como el resto del equipo, estuvo en un tono insulso, sin velocidad, ni desborde ni dinamismo ni velocidad en el toque de balón.

La alegría chilena

El equipo chileno era pura felicidad. No solo se había metido en octavos sino que habían conseguido batir a España por primera vez en un Mundial. Pero de entre todos los jugadores andinos, había uno mucho más feliz que los demás. Claudio Bravo culminó una jornada histórica cerrando su fichaje por el Barça para las próximas cuatro temporadas. ñAhora estoy tranquilo y feliz, ya habrá tiempo de hablar de eso", dijo esquivando la pregunta del periodista.

Pero lo cierto es que el hasta ahora portero de la Real disputará la titularidad a Ter Stegen en el Camp Nou. El Barça y el club donostiarra cerraron ayer el acuerdo por 12 millones, algo más de lo que pretendía desembolsar el club azulgrana ya que finalmente Jonathan dos Santos no ha querido ir cedido a San Sebastián, lo que hubiera abaratado la operación.