Cuando todavía no se sabe como va a acabar la temporada 2020 para el tenis, interrumpida de momento toda la actividad hasta el 13 de julio, suspendido Wimbledon y a la expectativa de lo que pueda suceder con el Abierto de Estados Unidos y Roland Garros, así como el resto de torneos, hasta el final de este año, los responsables del Abierto de Australia ya están valorando como afrontarán el torneo en el 2021 según sea la evolución de la pandemia del COV-19.

A falta de nueve meses se está trabajando en diferentes escenarios como podría ser jugar el primer Grand Slam de la próxima temporada a puerta cerrada y con medidas excepcionales para los jugadores y entrenadores que se desplacen a Melbourne ante cuarentenas obligadas para viajar desde sus países.

Suponiendo que en Australia se hubiera superado la plaga del coronavirus la pregunta es ¿Qué pasaría si la crisis no se ha resuelto en otros países de donde vendrían algunos jugadores.

Craig Tiley, presidente de la Federación Australiana de Tenis y director del Abierto de Australia, ha dicho en una nota oficial publicada el martes en los medios de comunicación australianos, que se de plantean celebrar el torneo a puerta cerrada, si las autoridades gubernamentales prohíben reuniones masivas, y ha informado de las estrictas reglas de confinamiento para todos los jugadores extranjeros, que podrían ser puestos en cuarentena durante un cierto número de días en los hoteles de Melbourne en los que se alojarían.

"No sabemos qué medidas se utilizarán actualmente para contener la propagación del virus todavía tendrán que implementarse a medio y largo plazo. Estos son solo dos de los muchos escenarios que debemos considerar y debemos estar preparados”, ha valorado Tiley.

114 millones para Wimbledon

El Abierto de Australia ha sido el único Grand Slam que, de momento, se ha podido celebrar en el 2020. El torneo estuvo en peligro de cancelarse una semana antes por el humo de los incendios que arrasaron Australia y la polución del aire en el estado de Victoria y la ciudad de Melbourne donde se disputa el torneo.

La decisión de planes para jugar a nueve meses vista ante la preocupación de la pandemia que azota el mundo puede parecer precipitada pero los responsables del Abierto de Australia buscan la manera de evitar una suspensión que sería muy dura para su economía. El torneo no tiene un seguro contra esa posible adversidad que si ha permitido a Wimbledon evitar el golpe este año, que, según ha desvelado 'The Times', recibirá 100 millones de libras (unos 114 millones de euros) del seguro contratado desde hace años por la organización.