Es lo que ocurre cuando uno llega tarde a la película. Sin luz corre el peligro de que sus huesos rueden por las escaleras y tarda un tiempo en elegir el asiento y enterarse de lo que se ha perdido. Abraham entró al encuentro muy frío e hizo penalti en un balón colgado, sin historia ni peligro. Abraham sacrificó a Isaac cuando Dios daba como bueno el triunfo del Real Zaragoza. El libre albedrío, sin embargo, pasó por encima de los desIgnios divinos como un tractor.

El chico metió la pierna mal y a destiempo. No se le puede culpar a bocajarro de evitar un triunfo que hubiera dado alas a este Real Zaragoza de vuelo tan corto, si bien es cieto que el lateral suele dejarse ver demasiadas veces en la escena del crimen. El error lo podría haber cometido cualquiera porque este equipo vive al límite de sus limitaciones colectivas. Ni siquiera sería justo señalar a Herrera por el cambio, con el que buscaba superioridad defensiva. Es una cuestión de sordera general, de no saber estar, de falta de tablas.

El conjunto aragonés no solo salió vivo de una primera media hora que pudo dejar sentenciada la cita con el gol de Linares, sino que logró remontar el encuentro con un gran gol de Luis García y un disparo de Rico. Como siempre regaló el balón, aunque esta vez ese abandono al contragolpe más por defecto que por estrategia le resultó muy rentable. Pero cuando habían clausurado el altar después de 90 minutos sacrificados y sufridos, el puñal se le cayó de la mano a Abraham para verse marchar el alma de dos puntos que hubieran devuelto la ilusión por el ascenso. Ahora la ventaja particular es para el Recre.

El Decano tiene un equipo muy fino, de bonita elaboración. Su pegada va encaminada a ganar por los puntos, no por un golpe definitivo. El gol de Linares le dio ventaja y también cloroformo. El empate le cogió en las musarañas, pero el pase preciso de Cidoncha, la asistencia de cabeza de Montañés y la definición de Luis García merecían el empate. A partir de la igualada, el Real Zaragoza, con Paglialunga y Acevedo de plúmbeos adornos, se agarró a su eterno mecenas, a Leo Franco, quien realizó tres intervenciones para evitar la tragedia. Solo le falta al argentino parar penaltis subido en el larguero.

En esa agitación sin pelota, Roger se la robó por listeza al defensa, cogió el billete hacia Cabrero y en el recorte le hicieron penalti. El árbitro no lo vio. Lo que percibió el colegiado fue una caída de teatro del delantero, que se desplomó como una alfombra vieja. Es tan cierto que Roger no se llevara un Oscar como que una bota le trabó. Una pena, máxima si se contempla el resultado final.

De lo que sí sacó provecho el Real Zaragoza fue de una cesión a Cabrero, una falta indirecta en un lateral del área que Rico envió dentro con un disparo violento de su zurda. Con Cidoncha muy despierto y Luis García en su mejor actuación de último trienio, el Recre no encontraba la llave a su superioridad con el balón. Salieron Víctor, Álamo y Abraham para dar aire al equipo. Abraham llegó tarde a una película que se las prometía de final feliz, mucho más alegre que el juego dependiente de acciones aisladas. Bajó el telón y se cargó a Isaac, un hijo que habían engendrado sus compañeros a base de mucho dolor en el parto. Un sacrificio tan inútil como frustrante porque no conduce a cielo alguno. Mas bien al contrario.

- Ficha técnica:

2 - Recreativo: Cabrero; Córcoles (Zamora, m.94), Menosse, Morcillo, Toño; Jesús Vázquez, Montoro, Jorge Larena (Jonathan Valle, m.66); Álvaro Antón (Gallegos, m.79), Joselu y Linares.

2 - Zaragoza: Leo Franco; Fernández, Álvaro, Arzo, Rico; Cidoncha, Acevedo, Paglialunga; Montañés (Javi Álamo, m.83), Luis García (Abraham, m.88); y Roger (Víctor Rodríguez, m.79).

Goles: 1-0, M.11: Linares. 1-1, M.34: Luis García. 1-2, M.75: Rico. 2-2, M.92: Morcillo, de penalti.

Árbitro: Sánchez Martínez (Comité Murciano). Amonestó a los locales Morcillo, Córcoles y Jonathan Valle y a los visitantes Arzo, Cidoncha, Roger, Álvaro y Abraham.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo octava jornada de la Liga Adelante, disputado en el estadio Nuevo Colombino ante cerca de siete mil espectadores.