Tener un abrigo de visón fue en tiempos un signo de riqueza, sobre todo para la clase media, que lo veía como símbolo imprescindible para la mejora social y para desatar la envidia del vecindario. En toda comedia española de la época la starlette de turno tenía esta frase en el guión: "Manolo, cómprame un abrigo de visón". Hace más o menos 40 años, los mismos que lleva el Real Zaragoza sin ganar en Valladolid, las pieles desataban el furor de los aspirantes a nuevos ricos. Esta tarde, con permiso de los ecologistas y del equipo de Fernando Vázquez, el conjunto aragonés intentará protegerse del frío polar de Pucela (el encuentro se disputará a cero grados) y de la, todavía, delicada situación en la Liga, con su particular abrigo de visón, un triunfo que necesita para continuar huyendo de la amenaza del descenso. Sería su segunda victoria consecutiva de la temporada, un acontecimiento inédito que implicaría superar al Valladolid, romper con el maleficio de un campo hostil desde antes de que el hombre pisara la Luna y, lo más importante, la suma de tres puntos más.

MOTIVOS PARA EL OPTIMISMO Por primera vez, en el corazón del crudo invierno y en el estadio de la pulmonía , el Real Zaragoza tiene motivos para el optimismo, nunca para la relajación ni la confianza. La forma en que derrotó al Villarreal hace apenas una semana dejó atrás aquellas maneras raquíticas y agónicas de sacar adelante los partidos. Hubo fútbol de lujo, goles para enmarcar, una afición encantada. El vídeo de la semana lo contempló la plantilla a pierna suelta, no como las anteriores proyecciones, en su mayoría reuniones de cara larga para corregir errores, muchos errores. Todavía debe confirmarse si supuso un punto de inflexión o fue un relámpago aislado. Lo que se antoja seguro es que el Valladolid no se va a emplear con la displicencia que lo hizo el revuelto Villarreal, cuya marejada interna se llevó por delante a Benito Floro antes de salir de La Romareda.

El Valladolid se ha metido en un lío importante, provocado principalmente por la ausencia por lesión de Makukula, un pívot goleador, una fuerza de la naturaleza sin la que Fernando Vázquez sufre y pierde. Desde que el portugués de origen congoleño entró en la enfermería, hace cutaro jornadas, el equipo de Pucela ha caído en todos sus encuentros. Su rendimiento en casa tampoco estaba siendo ejemplar antes de ese incidente: lleva tres meses sin ofrecerle una victoria a la afición del José Zorrilla, cuando se impuso al Atlético por 3-1 con dos tantos de Makukula. A tan sólo tres puntos del Real Zaragoza, se somete a una dura prueba en el congelador de Zorrilla.

Víctor Muñoz ofrecerá un par de novedades en la alineación con respecto al equipo que aplastó al Villarreal. Ambas por cuestiones de sanción: Rebosio ocupará el lugar de Cuartero y Generelo, el de Ponzio. Los demás serás los mismos que enamoraron a La Romareda el pasado domingo y que están progresando principalmente entorno a la figura de Movilla, el abrigo de visón de un Real Zaragoza que hoy (19.30 horas), en principio con más fe que en otros desplazamientos, buscará un bidón más de combustible para despegar hacia la tierra intermedia.