El desafío lanzado por el Real Madrid a la ACB después de las controvertidas decisiones arbitrales de la final de la Copa encontró, después de un largo silencio de 24 horas, una respuesta del presidente de los clubs, Antonio Martín, aunque alejadadas de la pretensión de ultimatum que exigía el club blanco. "Es evidente que hubo errores graves", admitió Martín, refiriéndose a la extraordinaria polémica con la que se resolvió la final de Copa, pero no anunció ninguna medida contra los colegiados.

El club presidido por Florentino Pérez ha elevado unas exigencias que sabe de antemano que no se van a cumplir. A medio camino entre la pataleta y la amenaza del que se siente poderoso, el Madrid ha deslizado la amenaza de abandonar la ACB. No es la primera vez. Aunque tampoco es menos cierto que para que esa separación se lleve a cabo tendrían que darse multitud de complicados condicionantes, con votaciones, estatutos e indemnizaciones por medio. Además del problema de en qué emplear a una plantilla que ronda los 30 millones de euros de presupuesto, además de para disputar una competición europea que supone menos de la mitad del del calendario habitual de una temporada.

Después de horas de silencio, arrastrada por la corriente de los ríos de tinta que se han escrito sobre la polémica y las quejas, la ACB reaccionó con una valoración general del torneo de su presidente, Antonio Martín, que reconoció implícitamente el fallo en contra del Barça segundos antes: "Ha habido acciones que por reglamento no se pueden revisar por el Instant Replay y en las que no debería caber el error".

El colectivo arbitral, atacado desde todos los frentes, reaccionó también a través de la Asociación de Árbitros, AEBA, en consonancia con Martín: "Reconocemos la existencia de errores graves en el final del partido y acatamos las decisiones que pueda tomar la ACB en relación a dichos errores", dice el comunicado antes de implorar cordura entre la enajenación colectiva:"No dejamos de ser humanos y cometemos errores, pero detrás hay un árbitro que es persona y que sufre, como el que más, el fallo cometido", expresa el colectivo.

El Madrid había exigido una corrección pública de la Liga respecto a la actuación arbitral, sobre los que pedía sanciones duras y drásticas, desde su expulsión, hasta que no les vuelvan a dirigir en ningún partido.

Posibles sanciones al Madrid

El penúltimo capítulo se avecina con más problemas para el Madrid. Los árbitros incluyeron en el acta del partido insultos de los madridistas Campazzo, que le dedicó al trío arbitral varios: "Ladrones", y el capitán Felipe Reyes que, además de entrar al vestuario tras el partido, voz en grito, lanzando improperios, se dirigió a los colegiados en términos sancionables, recogidos también por las cámaras: "Es una puta vergüenza, es un robo", gritaba. Los menosprecios reflejados en el acta del partido pasan directamente, sin intermediación de la ACB, al juez único de competición que debe valorar si son merecedores de una sanción.

Las quejas del Madrid se circunscriben a la revisión arbitral de la jugada final en el sistema de vídeo, por qué tomaron la decisión solo con la revisión de dos cámaras, de las once de que disponían, y cómo no apreciaron que la pelota tocaba el aro antes de castigar como tapón ilegal de Randolph a Tomic lo que las imágenes demuestran que fue un rebote legal.

Multitud de errores

El Madrid llegó a los últimos segundos de la prórroga por detrás en el marcador después de haber dejado escapar una ventaja de más de 15 puntos, una autocrítica deportiva que ha brillado por su ausencia públicamente, pero que el vestuario del Madrid, con Llull a la cabeza, comenzó a asumir llegando al vestuario, mientras sus compañeros se quejaban. "No pueden llegar al final vas ganando de 16, joder", murmuraba el mallorquín, después del: "Vaya puta vergüenza, chaval", de Rudy Fernández o el: "Es un puto robo de Felipe Reyes".

El presidente Florentino Pérez y el director general José Ángel Sánchez, presentes en el palco tras haber presenciado por la mañana la derrota del equipo de fútbol, visualizaron las imágenes de la polémica junto a los comparecientes antes de la rueda de prensa del jefe de la sección de baloncesto del club, Juan Carlos Sánchez, en la que denunció lo que ellos consideran una persistencia intolerable en los fallos arbitrales contra el Madrid.