Teresa Seco es la memoria de lo mejor de la historia del baloncesto femenino aragonés. En sus 30 años de trayectoria ha sigo testigo de casi todo. Se formó en la irrepetible cantera de Compañía de María; ascendió con el Real Zaragoza y Helios a la máxima categoría; vio triunfar a su gran amiga Pilar Valero, la mejor aragonesa de siempre; obtuvo la Copa de la Reina con el Banco Zaragozano; militó en los años dorados del Mann Filter y ahora forma parte con el Casablanca de la mejor cantera del básquet femenino aragonés.

A punto de cumplir los 39 años y después de tres lustros, abandona el baloncesto de élite. Seco cierra el libro de oro del baloncesto femenino aragonés. Deja el deporte en activo con un buen nivel en su último año en el Casablanca de Liga Femenina 2. "Este año he tenido bastantes minutos, aunque la titular en el puesto de base era Pepa Castán. Me he sentido útil. Ahora es el momento adecuado para dejarlo y eso que no me encuentro mal físicamente. Es difícil compatibilizar el trabajo y el deporte y mi tendinitis rotuliana en la rodilla me ha decidido por el adiós", explica sin tristeza.

El cerebro

Seco siempre fue el cerebro del equipo. El puesto de base le venía como anillo al dedo a una jugadora con tanto carisma. "Siempre he sido pequeñita y dirigir es lo que mejor se me ha dado". Teresa dirigió a las estrellas y fue una jugadora de equipo. "Nunca he sido una jugadora rápida, ni explosiva. Me gustaba mucho dar asistencias y el tiro de larga distancia", dice la zaragozana. Nunca fue una jugadora polémica, ni tuvo problemas con nadie. "Soy superpayasa y me he reído bastante con mis compañeras. He tenido la suerte de tener muy buen ambiente en todos los equipos donde he estado y eso poca gente lo puede decir", confiesa la base.

De su quinta, sólo sigue en activo Pilar Valero. Está en el Celta. "Pero este año le han operado de la espalda. Tiene 40 años y es al única que aguanta en la competición. Estuvo muchos años en la selección española. Lo que pasa es que conforme pasa el tiempo, a la gente se le olvidan las cosas".

Sus primeros pasos los dio en el colegio Compañía de María. Tenía 9 años. "El tiempo ha pasado volando", confiesa. El gran impulsor era José Antonio Martín Espildora. "Siendo cadete formamos una buena generación con las hermanas Lahoz, Pilar Valero... Junto a Nines Gracia, Ana Simón, Inés Ballesteros..., ascendimos con el Real Zaragoza a la máxima categoría. Después nació el Banco Zaragozano. "Éramos todas de casa y la entrenadora era Saga Zeravika".

Aquel equipo no tiene punto de comparación con el actual Mann Filter. "Ahora todo es más profesionalizado. En Primera B nadie cobraba un duro y no había fichajes de fuera. La diferencia es física, puesto que la gente ahora es más atleta y antes era todo más táctico. Pero con el Real Zaragoza el nivel de entrenamientos era muy alto".

Nunca olvidará un glorioso 14 de mayo de 1990. En Jerez el Banco Zaragozano logró la Copa de la Reina, el mejor título de la historia de un equipo de élite femenino en Aragón. Ganaron al Microbank por 95 a 94. Teresa tenía 18 años. "Íbamos de tapadillo. Recuerdo que Karina Rodríguez metió 48 puntos. Nos lo pasamos superbien. Recuerdo que luego nos fuimos de fiesta a la Feria del Caballo", dice Seco.

Después estuvo ocho años en El Olivar, uno en Helios y ascendió a Liga Femenina, estando en Mann Filter cuatro años. "En ese equipo estaban Merche Gracia, Inma Martínez, Paola Mercadal, Patricia Riveres, Arancha Calvo...". Después llegó la hermosa recta final con Casablanca.