Muchos seguidores del Real Zaragoza supieron de Natxo González esta temporada al conocerse que iba a ser el inquilino del banquillo aragonés la temporada que viene. Entre sus cualidades, es de sobra sabido, destaca su fortaleza defensiva cimentada en el dominio de la pelota y en el orden táctico a la hora de no encajar gol. En esta campaña recién finalizada, el Reus del entrenador vitoriano no ha pisado la zona de descenso a pesar de ser un debutante en Segunda División e incluso ha estado en puestos de playoff doce jornadas y una en ascenso directo. Además, ha sido el equipo menos goleado de la categoría a pesar de no tener grandes nombres en la zaga, por encima del campeón, el Levante.

El buen hacer del Reus en defensa no es casual ya que la trayectoria del nuevo entrenador del Real Zaragoza siempre se ha caracterizado por ello y ha ido de menos a más, en constante progresión hasta el día de hoy. En Segunda División B debutó con el filial del Deportivo Alavés en la temporada 99-00. Dirigió al equipo vitoriano diez partidos antes de ser destituido al sumar cinco puntos y, en ese periodo, logró marcar 11 goles (cinco en un mismo encuentro ante el Real Unión) y recibió 19, casi dos por encuentro. En la 05-06 llegó su primera experiencia en la división de bronce con el Reus. Fue el segundo equipo más goleado con 58 tantos encajados. Defensa débil, sinónimo de descenso, al menos en este caso ya que el equipo catalán acabó bajando a Tercera.

A partir de la 08-09 comenzó la progresión defensiva de Natxo González. Con el Sant Andreu, club en el que llegó a dirigir a conocidos de la afición zaragocista como Abraham Minero, Edu Oriol o Manu Lanzarote, disputó dos promociones de ascenso a Segunda División. En su primera temporada en el cuadro barcelonés encajó 34 goles, menos de un gol por partido, fue el equipo menos goleado del grupo 3 y finalizó la temporada tercero. En el siguiente curso sólo recibió un gol más que en la anterior, 35, y terminó como cuarta mejor defensa junto con el Dénia y el Barcelona B. Los 66 goles metidos y la fortaleza atrás hicieron que el Sant Andreu terminase primero, pero no logró ascender. En su tercera y última temporada en el club catalán finalizó séptimo con 29 goles recibidos, el tercer mejor registro del grupo.

De vuelta en el Alavés, esta vez en el primer equipo y no en el filial, Natxo González tenía como objetivo sacar del pozo al equipo blanquiazul. Fue primero, subió y lo hizo encajando solamente 22 goles, el que menos. Después de volver al fútbol profesional, siguió dirigiendo al Alavés en Segunda, pero fue destituido en la 16ª jornada al ir penúltimo. Hasta entonces, los rivales le habían marcado 26 goles. Por último, en el Reus, en tres temporadas ha encajado 33 y 31 goles en sus dos campañas en Segunda B y 29 en esta última, ya en la categoría de plata del fútbol español.

En definitiva, los equipos de Natxo González siempre han encajado menos de un gol por partido entre Segunda B y Segunda División, salvo en sus dos primeras experiencias. Si el técnico consigue inculcar sus ideas en el Real Zaragoza, a poco que la pelota quiera entrar, una buena defensa garantiza estar arriba.